Ayer se celebró en el Museo San Telmo una mesa redonda para debatir sobre la inclusividad y diversidad en la industria del cine en Latinoamérica. El encuentro lo moderó Anaís Córdova-Páez (directora e investigadora). A la mesa se sentaron para debatir tres representantes que dieron su visión desde diferentes roles de la industria y diferentes países de Latinoamérica.
Por un lado estuvo Carolina Robledo, que vino desde Paraguay para aportar su punto de vista y experiencia como programadora del Lesbigaytrans festival de cine de Asunción. Este festival presenta cada edición una muestra de largometrajes, cortometrajes, documentales y animaciones de temáticas lésbica, gay, bisexual, trans e intersex de diferentes países del mundo y de Paraguay. Se trata de un festival de cine independiente de temática LGBTI que se formó con el objetivo de cambiar el imaginario social, los mitos y la discriminación y violencia que viven las personas LGBTI en Paraguay.
A su lado estaba Alice Stamato, que actualmente está presentando su trabajo Ninho Tinto / Red Nest (Nido rojo) en el Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival y es también productora de películas con narrativas LGTBI.
Completaba la mesa Bruna Haddad, productora de diversas películas de tipo A, periodista brasileña y productora ejecutiva de Felipa Films. Haddad vive en la Ciudad de México, donde se graduó del Centro de Capacitación Cinematográfica con especialidad en producción cinematográfica.
Durante la mañana, se llevó a cabo una distendida reflexión en torno a las posibles estrategias que podrían emprenderse para alcanzar una industria más inclusiva y diversa. Entre otras iniciativas, se destacó la importancia de realizar una buena selección de películas, ya que la clave para ofrecer un cine inclusivo comienza con la selección de esas películas. Según las ponentes, los comités de selección deben esforzarse por incluir en su programación películas con esta temática LGTBIQA+, ya que todas coincidían en que se están haciendo producciones con esta narrativa, pero que luego no llegan a las pantallas o no se les da la oportunidad.
En relación con esto, también se expresó la importancia de traer narrativas reales y cercanas. Declararon que la mayor parte del colectivo no se ve representado con las historias que habitualmente llegan a las convocatorias de festivales, así que piden tener cuidado en la selección, para no caer continuamente en los estereotipos o clichés. “El Festival y el cine puede ser un lugar divertido en el que puedes sentirte identificado con lo que estás viendo. Lamentablemente se repiten las mismas temáticas y las historias se cuentan desde el sufrimiento y el victimismo. Y no somos solo eso. No caigamos en repetir los clichés”, pide Carolina Robledo.
Como ejemplo destacaron que hay muchas películas de temática gay y que hay necesidad de conseguir películas con temática lesbiana y sin clichés. “Es un reto conseguir narrativas reales y cercanas”.
Por eso animan a que en los festivales se seleccionen historias de éxito y no desde el sufrimiento o desde el victimismo, que es la línea que se repite, porque la clave está en cómo tener esa conversación. Ya se pueden empezar a ver líneas más transgresoras, una estética y un lenguaje muchísimo más cercano. “Hay ciertos festivales donde esas historias o proyectos audiovisuales no llegan, y eso es una lástima”, dice Robledo.
Anaís Córdova-Páez puso entonces sobre la mesa el tema de la producción responsable, tan importante para el cine en todos sus ámbitos, pero más aún en este. Haddad decía entonces que, cuando se piensa en cómo hacer las películas, todo lo que se hace en el cine se hace representando a la sociedad y por ello se deben pensar narrativas más extensas, inclusivas y cercanas. En todos los aspectos: “Piensa que, si vas a hacer una película en el norte de Brasil, tienes una responsabilidad social para con ese lugar. Entonces deberías trabajar con personas que viven ahí en vez de llegar con tu equipo e instalarte ahí. Afortunadamente, desde hace tres años esto está cambiando, se mira qué película se va a hacer, con quién y qué impacto va a tener en esa ciudad”, añade Stamato, que recalcaba la necesidad de que si en una película va a aparecer un protagonista trans, se debería contar con una actriz trans.
Las conclusiones de la jornada fueron que “queda mucho por hacer para derribar los mitos y estereotipos, pero ya se ha comenzado a construir un camino” y que “el territorio latinoamericano es muy diverso”.
Esta mesa redonda ha formado parte del Encuentro de Festivales LGTBIQA+ iberoamericanos. El Encuentro tiene un doble objetivo: por un lado, reflexionar sobre las tendencias y los retos del sector audiovisual en materia de derechos LGTBIQA+ a través de mesas redondas y el estudio de casos prácticos y, por otro, abrir el Encuentro a la industria acreditada durante el festival.
Además, en el marco del Festival de San Sebastián, Gehitu entrega dos premios: el Premio Sebastiane a una película seleccionada en el Festival que mejor refleje las realidades, libertades y progresos sociales del colectivo LGTBIQA+; y el Premio Sebastiane Latino que reconoce a una película latinoamericana del año de la misma temática.
Los nominados de este año son: en Sección Oficial, El sueño de la sultana / Sultana’s Dream y ExHusbands; de la sección New Directors, Les Rayons Gamma / Gamma Rays; en la sección Horizontes Latinos, El castillo / The Castle y Pedágio / Toll; en la sección de Zabaltegi-Tabakalera, El auge del humano 3 / The Human Surge 3 y Orlando, mi biografía política / Orlando, My Political Biography; en Perlak, Kaibutsu / Monster (Mounstro) y Roter Himmel / Afire (El cielo rojo); en Zinemira, 20.000 especies de abejas / 20.000 species of bees y Las buenas compañías / In the Company of Women y en la sección de Cine Infantil, Gabi, 8 urtetik 13 urtera / Gabi: between ages 8 and 13 (Gabi: entre los 8 y los 13 años).
Iratxe Martínez