"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“New Directors es la sección del Festival de San Sebastián que muestra primeras y segundas películas, lo que la convierte en una vitrina fundamental para darle visibilidad a jóvenes realizadores”, comenta Mary
Burke (Nueva York, 1978), productora de cine y televisión radicada en Londres, con quien hablamos sobre su rol como jurado de esta sección y sobre alguna de las características de las obras que la integran.
¿Cómo se siente estos días en el Festival como parte del jurado de New Directors?
Me encanta el Festival. San Sebastián es un lugar precioso para un festival de cine y el encuentro con gente que hace películas en todas partes del mundo. Es una maravilla volver a estar en el cine, y el hecho
de formar parte de un jurado es fantástico, te permite ver películas que, quizá, habitualmente no verías. Hay dos mujeres fenomenales en el jurado conmigo, Suzanne Lindon e Irene Escolar, ambas muy creativas, y es una alegría estar con ellas.
¿Identifica algunos elementos que unifiquen el programa de New Directors este año?
No he tenido oportunidad de ver todas las películas aún, pero diría que en esta sección el cine es un espejo que refleja no solo el mundo interno de cada creador, sino también la sociedad que le rodea, las diferentes culturas de donde provienen, sobre todo ahora que, por motivos obvios, hemos estado aislados en nuestros países. Es una cosa mágica volver a ver el mundo representado en estas películas. Para mí, estas películas representan una nueva apertura al mundo. Podría decir que el cine abre el mundo después de mucho tiempo.
Mencionaba al inicio de la conversación que estas películas asumen riesgos, ¿se dan también a nivel formal, de lenguaje?
Es obvio que la primera intención de estas películas es no ser comerciales. Se trata de miradas más intimistas, emocionales, que expresan lo que piensan los realizadores desde distintas poéticas. Intentan expresar sus sueños internos, lo que convierte cada cinematografía en algo único. El riesgo muchas veces pasa por abordar historias con carga política, más allá del lenguaje formal, y encontrar un equilibrio entre estos riesgos temáticos y la necesidad que cada uno tiene por narrar preocupaciones más internas.
Más allá de su rol como jurado aquí, en su experiencia en la producción de óperas primas, ¿ha podido ver temas recurrentes en estás películas?
He trabajado con muchas primeras obras y es difícil encontrar un tema que unifique a todas estas películas. Pero, por ejemplo, en Reino Unido hemos visto recientemente un movimiento de mujeres dirigiendo películas de terror. Eso les da un paso hacia películas más comerciales. Esto es algo que no se veía antes, las mujeres no debutan normalmente con películas de este género. Encuentro ahí una particularidad. Lo otro que puedo agregar es que existen muchas películas que en tiempos actuales, con la efervescencia de movimientos políticos en todo el mundo, están abordando temas como la identidad y la representación,
y hace cinco años quizá no era el caso, no se veía con tanta frecuencia. Más discusión sobre temas de género, raza o sexualidad, e identidades en general. Es algo que se está abordando mucho hoy en día.
Efraín Bedoya Schwartz