Jacques Becker, nacido y fallecido en París (1906-1960), realizó tan solo trece largometrajes en un periodo relativamente breve de tiempo, entre 1942 y 1960. Pero este bagaje corto en número pero prolijo en títulos mayores como Casque d’Or (París, bajos fondos, 1952), Touchez pas au grisbi (1954) y Le Trou (La evasión, 1960), ha sido más que suficiente para que Becker haya sido considerado uno de los nombres fundamentales en la evolución del cine francés.
La 64 edición de Festival de San Sebastián le dedicará al realizador francés una retrospectiva, que incluye todos sus largometrajes, la mitad de ellos inéditos comercialmente en España, además de una película de 40 minutos rodada junto a Pierre Prévert titulado Le Comissaire est bon enfant, le gendarme est sans pitié / Pitiless Gendarme y La Vie est à nous, de Jean Renoir, en la que ejerció de ayudante de dirección.
De ideas comunistas, aunque nunca practicó el cine social en el estricto sentido de la palabra, Becker se formó en el cine del Frente Popular y fue ayudante de Jean Renoir. Sus influencias beben tanto en la obra del autor de La grande illusion (La gran ilusión, 1937), uno de los ochos filmes de Renoir en los que Becker trabajó de asistente, como del cine clásico estadounidense anterior a la segunda guerra mundial. Le gustaban mucho King Vidor y Howard Hawks, por ejemplo. Su estilo emergió de un cierto clasicismo para instalarse pronto en la modernidad, depurándose a marchas forzadas durante el periodo de la Ocupación y la posguerra. No es de extrañar que el grueso de los críticos de la influyente revista Cahiers du cinéma le reivindicará siempre como uno de los pocos directores que se salvaron de la quema generalizada del cine francés de posguerra: para Truffaut, Godard y compañía, enemigos del academicismo, Becker estuvo siempre a la altura de su mentor Renoir, de Jean Cocteau, Jean-Pierre Melville, Max Ophüls, Robert Bresson y Jacques Tati.
Detallista y minucioso tanto en la recreación de época en estudio como en el rodaje en exteriores, estilista de la puesta en escena y la creación de atmósferas irrepetibles como la romántica y violenta de Casque d’Or (París, bajos fondos), Becker practicó por igual el impresionismo y el realismo, tan atento a los períodos históricos de sus relatos como a la sicología de sus personajes. Los críticos de Cahiers du cinéma atisbaron en él la modernidad que ellos mismos pondrían en práctica al pasar a la realización, encuadrados en la Nouvelle vague.
La retrospectiva está organizada por el Festival de San Sebastián en colaboración con Filmoteca Española. El ciclo se complementará con la publicación de un libro sobre el director coordinado por Quim Casas. El hijo menor del autor de Casque d’Or, el realizador Jean Becker, viajará a San Sebastián para asistir a la presentación de la retrospectiva.
Aunque el superintendente de policía es un hombre de buen carácter, está desbordado por culpa de todos los testigos que vienen a declarar ante él. Cada uno de ellos está más loco que el siguiente y aunque al superintendente no se le da mal mantener el control, podría perder los nervios frente a este puñado de lunáticos.
Rodada por iniciativa del Partido Comunista francés, la película es una mezcla de documental y ficción. Un consejo de administración prepara un despido masivo; en una fábrica, una huelga permite evitar el despido de los trabajadores de más edad; unos campesinos, con la ayuda de unos militantes, impiden la subasta de los bienes de un campesino pobre; un joven parado que no tiene para comer es acogido por jóvenes comunistas.
En una ciudad imaginaria de América del Sur, un hombre es asesinado. Dos jóvenes inspectores, Clarence y Montes, que han terminado empatados en su lucha por ser el número uno de su promoción en la academia de policía, reciben el encargo de investigar el caso, que les servirá para desempatar.
En un pequeño pueblo francés, una mujer es asesinada y su dinero robado. Varios miembros de su familia, los Goupi, son sospechosos. Además, la familia busca también el oro de su miembro más anciano, a punto de fallecer.
Micheline llega a París para preparar su matrimonio con Daniel Rousseau. Allí se enamora del mejor amigo de su futuro marido, el diseñador Philippe Clarence, conquistador impenitente que la seduce y luego la deja, aunque después descubre que está profundamente enamorado de ella.
Antoine, obrero en una imprenta, y Antoinette, empleada de Prisunic, compran un billete de lotería que resulta premiado. Cuando pierden el billete, parece que sus sueños se esfuman.
Lucien es un joven parisino que quiere convertirse en explorador, pero sus padres pretenden que lleve una vida convencional. Tras mantener una discusión con su padre, Lucien se marcha con sus amigos, aspirantes a actores, escritores y directores de cine. Junto a ellos comenzará a planear su primera expedición.
Edouard es un pianista pobre que está casado con Caroline, una bella muchacha originaria de una familia burguesa, que no ve con buenos ojos ese matrimonio. El tío de Caroline invitará a la pareja a una fiesta en la que Edouard deberá tocar el piano... Una situación que hará que antes de que se den cuenta ambos empiecen a reñir.
Los miembros de la banda de Leca acuden a una sala de baile al aire libre con sus chicas. Una de ellas, Marie, conoce a Manda, un carpintero amigo de uno de los miembros de la banda, del que se enamora. Su hombre, Roland, es celoso, y Leca también tiene puestos los ojos en ella.
Alí Babá, criado de Cassim, es enviado a comprar una esclava para su amo. En el camino de vuelta, se enamora de Morgiane, la esclava. La caravana es atacada y así descubre la cueva de los cuarenta ladrones y la palabra secreta para entrar.
Aunque el matrimonio de Françoise y Henri marcha bien, él tiene una aventura romántica que es descubierta por una amiga de su mujer. Resentida por la infidelidad de su marido, Françoise se muda a la rue de l'Estrapade, situada en un barrio de artistas bohemios. Allí sucumbirá a los encantos de Robert, un joven y desaliñado músico existencialista, que carece de recursos.
Max, un viejo gángster, ha ideado un plan maestro junto a un amigo para obtener 50 millones de francos. La ex novia de Max, que le dejó para irse con Angelo, capo de una banda rival, quiere hacerse con los detalles del plan para poder agenciarse los 50 millones. Dada la discreción y la impasibilidad de Max, obtener la información por las buenas es imposible y por ello deciden secuestrar a su socio y pedir un rescate.
Arsène Lupin, ladrón de guante blanco, roba dos obras maestras de Leonardo y Botticelli de casa del presidente del Consejo. Algún tiempo después engaña a varios joyeros para que acudan a su casa y les roba las gemas. Sus siguientes víctimas son un marajá y el Kaiser Guillermo II.
La película retrata los últimos años de vida del pintor Amedeo Modigliani, los de mayor apogeo creativo, pero también marcados por el alcohol y su amor por Jeanne Hébuterne.
Gaspard Claude es un joven inocente acusado de intentar asesinar a su mujer. Enviado a una cárcel de París, es instalado en una celda junto a otros cuatro duros criminales que han decidido escapar de la prisión construyendo un laborioso túnel.