Bigas x Bigas es un largometraje atípico si nos atenemos a lo que tiene de película póstuma de su director, quien nunca filmó las imágenes que integran este largometraje con la idea de que éstas fueran exhibidas. “El cine fue el lugar donde Bigas Luna materializó esa sensibilidad pictórica que siempre le acompañó. De ahí que siempre fuese armado con una pequeña cámara dispuesto a grabar cualquier cosa que captase su atención”, explicó Santiago Garrido. Él ha sido el responsable de montar estos cuadernos visuales que el cineasta catalán fue grabando a lo largo de los últimos años y que, tras su muerte, en 2013 fueron puestos a disposición de sus amigos a fin de rendirle un tributo en forma de película postrera.
Carles Sans, componente de Tricicle, amigo personal del cineasta e impulsor de la iniciativa, explicó que ésta nació “porque nos parecía injusto no compartir esa humanidad que tenía Bigas, su inteligencia y su brillantez. El tema era cómo llevarla a cabo. Cuando nos enteramos de esas casi quinientas cintas que él grabó a modo de diario, nos pareció que mostrarlas era la mejor manera de mostrarle”.
Fue ahí cuando entró en escena Javier Bardem en calidad de coproductor del filme. Momentos antes de la rueda de prensa –en la que también participó– el actor, en declaraciones a un grupo de periodistas junto a su compañero Jordi Mollà, manifestó que viendo la película tenía la sensación de haber hecho justicia a su amigo y descubridor: “Bigas era un ser complejamente simple y a la vez alguien que nunca se tomaba en serio a sí mismo. En ese sentido pienso que la película lo refleja muy bien”.
Bardem enfatizó el carácter sociable e inteligente de Bigas Luna aduciendo que “con él muchos hemos hecho escenas que con otro director jamás aceptaríamos rodar, él generaba confianza y sus rodajes eran una fiesta”. Al mismo tiempo el intérprete manifestó que “A Bigas le debo todo: le debo una carrera, una mujer y muchas de las mejores cosas que me han pasado en esta profesión”.
Al lado de Javier Bardem, Jordi Mollà (compañeo suyo de reparto en Jamón, jamón) incidió en la intuición de Bigas Luna para descubrir nuevos talentos: “Bigas tenía una visión de futuro alucinante. Me acuerdo, por ejemplo, de haberle oído sentenciar hace como veinte años: ‘el papel como soporte va a desaparecer’. Y esa intuición para saber lo que va a funcionar y lo que no, fue la que le llevó a arriesgarse con tantos actores jóvenes”.
Esa evocación del personaje, mostrándose en primera persona y definiéndose a sí mismo en continua reinvención y en contacto con la tierra y la naturaleza es la razón de ser de esta suerte de testamento vital y cinematográfico. Tras su estreno en el Zinemaldia, la intención de los resposables del filme es encontrar distribución para hacer llegar este diario íntimo a las salas.
JAIME IGLESIAS