Merian C. Cooper (1893-1973) y Ernest B. Schoedsack (1893-1979) formaron en la era clásica del cine estadounidense una de las parejas creativas más curiosas y estimulantes que ha dado la historia de Hollywood. La próxima edición del Festival de San Sebastián recuperará su obra a través de un ciclo dedicado a sus películas.
Reconocidos durante generaciones por ser los artífices de la emblemática King Kong (King Kong, 1933), la aportación de Cooper y Schoedsack al cine no se reduce a esta obra maestra. Su carrera se inicia con dos piezas clave en la historia del documental, Grass; A Nation's Battle for Life (Hierba, 1925) y Chang (1927). Después realizarán películas fantásticas, dramas, de aventuras y de misterio, algunas de las cuales son hoy títulos de culto: The Four Feathers (Las cuatro plumas, 1929), The Most Dangerous Game (El malvado Zaroff, 1932), The Last Days of Pompeii (Los últimos días de Pompeya, 1935), Dr. Cyclops (1940), The son of Kong (El hijo de Kong, 1933) o Mighty Joe Young (El gran gorila, 1949).
La retrospectiva está dedicada a sus trabajos como directores, tanto en colaboración como de Schoedsack en solitario. Está organizada por el Festival de San Sebastián en colaboración con Filmoteca Española. El ciclo se complementará con la publicación de un libro dedicado a los dos cineastas coordinado por Quim Casas.
El debut tras las cámaras de Cooper y Schoedsack fue este clásico del documental antropológico, rodado en los espectaculares paisajes de Irán. La vida cotidiana de la tribu Bakhtiari, en la antigua Persia, y su migración en busca de pastos para el ganado: 50.000 personas y sus rebaños tienen que atravesar barreras naturales y afrontar duras condiciones metereológicas para conseguir alimentar a sus animales.
La segunda aventura cinematográfica de Cooper y Schoedsack los llevó hasta las selvas de Tailandia. Un documental con elementos ficcionados donde los directores dan rienda suelta a su pasión por los escenarios exóticos y su sentido del espectáculo, gracias a este apasionante relato sobre la lucha del hombre contra la bestia.
Schoedsack y Cooper realizaron la primera adaptación sonora de la famosa novela colonial de A.E.W. Mason, llevada en varias ocasiones a la pantalla. Las aventuras en Sudán del teniente Faversham, acusado de cobardía por sus amigos, son la perfecta excusa para que los directores impriman a la narración original el brío y dinamismo que caracterizan su cine. Fue su primera colaboración con una actriz recurrente en su filmografía, Fay Wray.
Dos años antes de rodar su obra maestra, King Kong, Cooper y Schoedsack fantasearon sobre las relaciones entre los hombres y los monos gracias a este relato de aventuras con vocación antropológica ambientado en las selvas de Sumatra. Pero, como era habitual en su cine, su poder fabulador siempre se imponía sobre la mera observación de la realidad.
Adaptación de un clásico relato de Richard Connell, este film fue para Cooper y Schoedsack un ensayo de los alucinantes ambientes de pesadilla que culminarían en King Kong al año siguiente, ya que ambos títulos fueron rodados en los mismos decorados. El cine de aventuras se funde con el cuento gótico en una película cruel y salvaje, cuyas frenéticas secuencias de acción aún sorprenden hoy día.
Cooper y Schoedsack abandonan los escenarios exóticos tan habituales en su filmografía para trasladarnos al Londres de las intrigas detectivescas. Su actor fetiche, Robert Armstrong, es en esta ocasión un americano perdido en la niebla londinense y envuelto en una enrevesada trama que parece sacada de una película de Alfred Hitchcock.
La película de monstruos más famosa de la historia del cine, un título mítico que nos dio uno de los iconos más perdurables del séptimo arte. La triste historia del gorila gigante que pierde su reino por un amor imposible no solo es una onírica revisión del mito de la Bella y la Bestia, reivindicada por intelectuales y artistas de todo el mundo, sino todo un alarde de efectos especiales, espectáculo, imaginación y poesía en estado puro.
El éxito de King Kong obligó a Cooper y Schoedsack a entregar la obligada secuela, en un plazo muy apretado y con mucho menos presupuesto. Descubrimos ahora que el viejo y airado King Kong había dejado un cachorro en la Isla de la Calavera, un entrañable y bonachón gorila que se convertirá en inesperado aliado del protagonista del anterior film, una vez más metido en todo tipo de problemas por culpa de su afán aventurero.
Una sorprendente incursión de Cooper y Schoedsack en los terrenos de la comedia dramática, un género en principio muy alejado de sus intereses habituales. Este relato sobre el reencuentro de un padre y una hija que han vivido separados es, ante todo, un vehículo para el lucimiento de una de las grandes estrellas del Hollywood de la época, John Barrymore.
La novela de Bulwer Lytton Los últimos días de Pompeya ha sido uno de los textos más adaptados de la historia del cine desde la época muda. Cooper y Schoedsack no podían dejar pasar la oportunidad de llevarla a la pantalla en una versión sonora. Las mejores técnicas de efectos especiales de la época permiten visualizar el grandioso y trágico espectáculo de la orgullosa ciudad que fue destruida por la erupción de un volcán.
El desierto del Gobi es en esta ocasión el escenario elegido por Schoedsack para un relato con todos los ingredientes que necesitaban para hacer una película: hombres emprendedores luchando contra la naturaleza, peligrosos bandidos y el amor por la aventura y el peligro.
Una de las más imaginativas fantasías urdidas por Cooper y Schoedsack, un pequeño clásico del cine de ciencia ficción: la increíble historia de unos hombres miniaturizados por un científico loco resulta ser un delicioso entretenimiento donde resuenan los ecos mitológicos del combate del hombre contra el cíclope.
El maestro de los efectos especiales Ray Harryhausen debutó en esta película en la que Cooper y Schoedsack volvían a dejar clara su fijación por los monos gigantes. Esta vez el simio en cuestión no se enoja con tanta facilidad como Kong, por lo que el resultado es una tierna y amable aventura familar donde no faltan espectaculares alardes de efectos especiales.
Era lógico que Merian C. Cooper, el maestro del cine-espectáculo, se sintiera fascinado por el Cinerama, un sistema de proyección envolvente que revolucionó la exhibición cinematográfica en la década de los 50. Este documental explora sus posibilidades a través de una serie de recorridos por paisajes y lugares que hacen que el espectador se sumerja en la pantalla.
Un documental que reivindica la figura de Merian C. Cooper, cineasta y aventurero, responsable de una de las películas míticas de la historia del cine, King Kong. Narrado por Alec Baldwin, es un apasionante recorrido por su novelesca biografía, sus películas y su arrolladora personalidad.
No olvides que puedes conseguir los libros de los ciclos de ediciones anteriores en la
Tienda de Publicaciones del Festival.