Jorge Goldenberg, escritor teatral, realizador y, sobre todo, guionista, completa, con la actriz Mirtha Ibarra y el productor Luis Miñarro, el Jurado que valora este año las películas a concurso de la sección Horizontes Latinos.
Para Goldenberg, la mejor virtud del Festival de Donostia es haber conseguido llegar a tanta gente: “Aquí no vienen sólo cuatro cinéfilos enfermos; aquí, a cualquier proyección que vayas la sala está llena, y hay muchas películas complicadas y muchas cosas que nos son precisamente comerciales, pero interesan”. Y ése, a su juicio, debe ser el objetivo del certamen: “La función de un festival como éste es estimular y educar la retina del espectador; por supuesto que todos los festivales tienen también su parte frívola, pero lo esencial son las películas que ofrecen, y eso es lo más importante: contribuir a la tarea de construir un espectador inteligente y exigente en el mejor sentido de la palabra. Eso se logra ofreciendo al espectador alternativas y enseñando lo que habitualmente no se ve, como Terence Davies o el cine negro japonés”.
Jorge Goldenberg (San Martín, Argentina, 1941) ha trabajado en México, Colombia, Francia, China o España: “Soy un poco pata de perro”, asegura. Su amplio currículo incluye la realización de documentales, la redacción del guión de numerosas películas (La película del rey, Miss Mary, La frontera, De eso no se habla, Tinta Roja, La fuga, Las alas de la vida) y es además autor de teatro.
Aunque no quiere considerarse un experto en cine latinoamericano, ni le gusta generalizar (“prefiero hablar de películas, una por una”), Jorge Goldenberg considera que en el Festival sí están representadas muchas de las maneras de hacer cine en América.
“Hay realizadores de mucho talento, tal y como estamos viendo en Horizontes Latinos: cinematografías como la de Uruguay, un país que no tiene larga tradición, sin industria de cine propiamente dicha, pero donde surgen realizadores de talento, con propuestas originales, con miradas originales”.
El que, a su juicio, no está atravesando un buen momento es el cine mexicano: “Tiene una situación muy difícil por el tema de la producción. Me preocupa, por ejemplo, el hecho de que no tengamos hace tiempo una película de Arturo Ripstein,y pienso que es porque sólo se estimula la producción de un cine de tipo Hollywood, y se olvidan de gente como él, que tiene mirada y carácter.
Sí hay buena representación del cine argentino, con La rabia, La sangre brota, Leonera, o El nido vacío en la Sección Oficial. No puedo afirmar que sea la cinematografía que lidera el cine latinoamericano, pero tal vez sí la de mayor volumen, y hay muchos realizadores jóvenes, entre los veintitantos y los cuarenta, gente de mucho talento como Lucrecia Martel o Carlos Moreno o Ariel Rotter, y esto sólo por dar algunos nombres. Pienso que no es un mal momento en cuanto a lo que se hace.En relación a lo que se distribuye y se consigue ver,ése es ya otro tema. Argentina, concluye, tiene además una gran producción de cine independiente y, como en Latinoamérica en general, es una producción de poéticas muy variadas, y tienes muy diversos modos de narrar, muy diversas temáticas”.
No es sólo cine social
Goldenberg no comparte la idea de que el cine que se hace en Latinoamérica tenga un sesgo marcadamente social: “Hay cierta estigmatización en esa mirada, no se hace sólo denuncia social, hay también muchas películas de temática intimista, que intentan penetrar en conflictos esenciales, aunque es innegable que la mirada sobre el entorno social también debe estar, si no seríamos como ciegos, pero no hay una temática cerrada, eso además sería muy peligroso”.
El guionista argentino imparte regularmente cursos y talleres de guión cinematográfico: “Lo que más hago son talleres de desarrollo con proyectos: trabajar con colegas más jóvenes que apuestan para mejorar un proyecto que está en ciernes. En Madrid desde hace seis años hacemos el Curso de Desarrollo de Proyectos Latinoamericanos de la Fundación Carolina con la Casa de las Américas, y el tema que trato yo es el de la escritura, intentando convencer a los alumnos de que la palabra clave no es ser original, sino específico; se pretende que tú encuentres tu película, porque lo difícil es hallar tu propio tono, tu propio proyecto”.
Simultáneamente prepara la presentación en noviembre de Regreso a Fortín Olmos, un documental que ha realizado con Patricio Collo.
“No tengo preferencias por la ficción o por el documental, aclara Goldenberg, pero está claro que éste está viviendo un crecimiento importante en los últimos 10-15 años” y, para eso, tiene una explicación: “Hay tal vez una búsqueda de cierta autenticidad en la imagen, una cierta desconfianza por la manipulación que a veces se advierte en la ficción,como si en el documental hubiera una garantía mayor”.
"En Horizontes Latinos estamos viendo realizadores de mucho talento"
"Latinosmérica tiene una producción de poéticas muy variadas"
Pili YOLDI