"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Para Mads Mikkelsen, el actor danés más internacional de este momento, el Festival de San Sebastián no es un certamen desconocido. La primera película que hizo con Nicolas Winding Refn, Pusher, compitió en 1997 en la sección entonces denominada Nuevos Directores. Repitió en la misma al año siguiente con Vildspor y, en 2002, asistió al certamen por vez primera para defender en la competición oficial el film de Susanne Bier Open Hearts. Su anterior comparecencia, aunque en formato online a causa de la pandemia, fue en 2020 con Otra ronda, película por la que ganó el premio a la mejor interpretación compartido con sus compañeros de “etílico” reparto: el vídeo que se proyectó en la gala de clausura de aquel año en la que agradecían el galardón era una fiesta.
El actor que ha sido uno de los mejores villanos de la serie James Bond/ Daniel Craig –Le Chiffre en Casino Royale– y el Hannibal Lecter televisivo, y al que hemos visto recientemente como otro villano de envergadura en Indiana Jones y el dial del destino, ha vuelto a San Sebastián con la producción danesa Bastarden, que presentó ayer junto al director Nikolaj Arcel en la sesión de gala en el Teatro Victoria Eugenia. Amable y elegante, asumió con gracia que su estatura era bastante superior a la del micrófono e invitó al publico a disfrutar de un film igualmente elegante y estilizado sobre personajes y pugnas atávicas: “Es una película larga, así que no hablaré demasiado. Estamos muy contentos de estar aquí, de volver a esta ciudad tan fantástica. Solo he visto una vez la película, así que estoy un poco nervioso, pero encantado de que haya sido invitada al Festival”. Se apagaron las luces, comenzó la proyección y el Mikkelsen ataviado con un impecable traje oscuro se transmutó en pantalla en un conquistador de salvajes páramos daneses.
Quim Casas