La sostenibilidad y solidaridad son temas que no se discuten. El compromiso del certamen con los objetivos de desarrollo sostenible es total y este año vuelve a manifestarse con la segunda edición del Premio Agenda 2030 Euskadi Basque Country. Seis películas de entre las presentadas en esta edición han sido escogidas como modelo de representación de esos valores. Hoy a las 19.00 horas, en la sala Prisma de Tabakalera, se dará a conocer la película ganadora y después se celebrará un cóctel.
Son varios los filmes que defienden, desde diversos ángulos y premisas, los valores incluidos en las bases de este premio con el que Agenda 2030 colabora con el Festival. Son cinco los compromisos que asume Agenda 2030 desde su creación en 2015: frenar la desigualdad, promover la inclusión y acabar con la pobreza es uno de ellos, al que siguen revertir el cambio climático, reforzar la sanidad, la educación y el progreso digital, hacer de las empresas y el trabajo un valor compartido en cuanto a dignidad, prosperidad y sostenibilidad, y afianzar la paz y el respeto de los derechos humanos en todo el mundo. Cinco puntos absolutamente necesarios, y urgentes, en un momento de crisis de valores, no solo de crisis económica, marcado por el negacionismo, el paro o el incremento de la extrema derecha en todo el mundo.
193 países firmaron los acuerdos de la Agenda 2030 alcanzados en Naciones Unidas hace ocho años. Quedan solo siete para llegar a ese 2030 en el que muchos de estos problemas deberían haber sido aligerados, sino superados y erradicados. El cine, como arma de concienciación y educación, ha jugado un importante papel a lo largo de su existencia desde que los Lumière filmaran a los obreros saliendo de su fábrica de Lyon. Y, además, puede hacerlo desde elecciones, temas, posicionamientos, géneros, metrajes, formatos y estilos bien diferentes. Esa es la filosofía que ha impregnado la selección de las cinco películas que compiten en esta primera edición del premio.
All Dirt Roads Taste of Salt, debut de la realizadora afroamericana Raven Jackson, producido por Barry Jenkins (director de Moonlight y la serie El ferrocarril subterráneo), ha sido escogida por su forma naturalista y lírica de retratar la vida de una mujer en el Mississippi. El film de Jackson compite en la Sección Oficial como The Royal Hotel, de Kitty Green, centrada en las peripecias de dos jóvenes amigas estadounidenses que viajan por Australia y se topan con elementos y situaciones inesperadas. Green, además, realizó el pasado martes en el marco de las Conversaciones del Festival una charla sobre el poder transformador del cine. Cineasta absolutamente concienciada, dirigió en 2019 The Assistant, crónica quirúrgica de los abusos de poder en el seno de la industria cinematográfica basada, nada indisimuladamente, en el caso del productor y abusador Harvey Weinstein.
Los otros seis títulos proceden de la sección Perlak: The Zone of Interest, en la que Jonathan Glazer diagrama de forma tan directa como abstracta el horror de los campos de exterminio nazis; Evil Does Not Exist de Ryusuke Hamaguchi, sobre la preservación de la vida cotidiana en una pequeña comunidad japonesa cerca de Tokio amenazada por la creación de un camping de lujo para urbanitas necesitados de aventuras en plena naturaleza; Io capitano, la película de Matteo Garrone que sigue a dos primos que escapan de Dakar para llegar a Europa en las peores condiciones imaginables, y Bâtiment 5/Les indésirables, la nueva propuesta de Ladj Ly (Los miserables) en torno a los conflictivos banlieus franceses.
Difícil elección, por la riqueza y variedad de las seis propuestas, para el Jurado formado por las actrices Greta Fernández –ganadora de la Concha de Plata en San Sebastián por su interpretación en La hija de un ladrón– y Loreto Mauleón – Patria, por cuyo trabajo mereció el premio Feroz– y Asier Aranbarri, director de Innovación Social del Gobierno Vasco.
Quim Casas