"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El descubrimiento del trabajo de Val del Omar es el mayor hallazgo de la vaga exploración audiovisual que llevé a cabo alrededor de 2017. Por aquel entonces ya llevaba dos años en Los Ángeles, una ciudad donde es fácil olvidarse de todo lo anterior, y estaba intentando entender cómo hacer una película.
Fuego en Castilla me trasladó al sitio más remoto que podía existir en aquel momento, que era mi pueblo, un lugar no muy lejano donde está rodada la mayor parte de la película. Fue un soplo de viento mesetario, con todas sus evocaciones pertinentes. Había salido de España con la sensación de que me quedaba mucho por hacer allí y, visto con distancia, aquí empezó el viaje de vuelta.
El Tríptico elemental de España es poderoso a nivel ensayístico, todo rimaba de alguna forma con el presente de aquel momento: la dicotomía entre lo místico y lo tecnológico, una mirada futurista sobre algo arcaico, el casticismo visto desde dentro… Pero intuyo que fue algo más sencillo lo que me marcó: el cine.
En comparación a la cantidad de historias hollywoodienses que estaba consumiendo en esa época, las imágenes de esta película tenían algo que era de peso.
Difícil de describir, pero diría que es el cine en estado puro. La imagen alineada con el sonido para encapsular un momento. Lo más potente que recuerdo.
En esa misma época aparecieron por Los Ángeles Rogelio y Pucho, también conocido como C. Tangana. Nos hicimos muy amigos. Rogelio era un director y ex-skater, y los skaters utilizaban glitcheadoras, señales de PAL y aberraciones visuales en una suerte de un proceso artesano para enfatizar ciertas imágenes. Lo más parecido al cine experimental que había visto hasta la fecha.
A Pucho ya lo conocía y lo admiraba por sus letras. Lo mejor que pude ofrecerles en mi casa fue un visionado de todo lo que hasta la fecha conocía de Val del Omar. Creo que aquí empezó mi trabajo como director artístico del disco “El Madrileño”.
En dos años cristalizó una relación creativa con Pucho que me condujo de vuelta a España. A los pocos días de aterrizar, tras seis años de vida yanqui, estaba localizando cementerios por páramos de Segovia y Valladolid para rodar el vídeo musical del primer single: ‘Demasiadas Mujeres’. En esta pieza hay imágenes que recuerdan a las de Berruguete y Juan de Juni, salvando las distancias. Me satisface que, aprovechando el impacto de Pucho, mucha gente joven encontrase el trabajo de José. Yo le debía algo al tipo que me hizo mirar de otra forma lo mío y que me inspiró a buscar mi cine.
Santos Bacana