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Trece años después del estreno de Chico y Rita, Javier Mariscal y Fernando Trueba presentaron ayer en Sección Oficial fuera de concurso su segundo trabajo juntos: They Shot the Piano Player (Dispararon al pianista). A través de la animación, la película mezcla ficción con el género documental para dar a conocer la historia de Tenório Júnior, un excepcional pianista de bosa nova que no llegó a ser tan conocido como sus contemporáneos (Vinicius da Moraes, Toquinho, Gilberto Gil…) porque desapareció misteriosamente en Buenos Aires nada más empezar la dictadura argentina.
Fernando Trueba descubrió a Tenório Júnior escuchando un solo de piano entre unos discos que compró en Brasil mientras rodaba El milagro Candeal. Sorprendido por la poca información que había sobre ese artista, el realizador empezó a escarbar y la primera pista le llevó hasta San Sebastian. En el año 2005 se presentaba en el Zinemaldia un documental sobre Vinicius da Moraes y, gracias a ello, pudo entrar en contacto con personas que conocieron a Tenório Júnior. A partir de ese momento, comenzó una búsqueda que le llevó a grabar más de 150 entrevistas a amigos, músicos y personas relacionadas con la desaparición del pianista.
Una vez grabado todo ese material, Trueba tuvo “la loca idea” de convertirlo en una película de animación. “Me pareció tan demencial que no se lo conté a nadie, confiando en que en algún momento la idea se me olvidaría”, bromeó el cineasta en la rueda de prensa posterior a la proyección del film. “No fue así y, según pasaron los días, la idea me fue pareciendo cada vez más acertada”, explicó. Según Trueba, “un documental se habría convertido en una sucesión de bustos parlantes mientras que con la animación han podido reconstruir al pianista desaparecido interactuando con su familia o tocando en los mismos locales en los que lo hizo y que ahora ya no existen”.
En el film, un periodista neoyorquino llamado Jeff es el hilo conductor de las entrevistas que Fernando Trueba realizó en su día. “Hay veces que la ficción es más veraz que la realidad y, en este caso, me pareció más creíble que fuera un estadounidense y no un director de cine español el que investigara el caso”. El cineasta justificó esta decisión aludiendo a la poca repercusión que la bosa nova ha tenido en España, no así en Estados Unidos. “Además, la vinculación tan directa que el país norteamericano tuvo en las dictaduras de aquella época lo hacía doblemente interesante”.
Por su parte, Javier Mariscal reconoció que, a nivel de animación, la película “es muy arriesgada”. Según el creador de Cobi, el largometraje propone un tipo de animación que requiere la complicidad del espectador. “Esto no es un batido, es como una especie de carne cruda que cada uno tiene que cocinar a su gusto”.
A través de un alegato a favor de la versión original, Mariscal recomendó no ver They Shot the Piano Player (Dispararon al pianista) doblada. “Gran parte de la fuerza e identidad del film está en las voces y acentos de los distintos personajes”, explicó. No en vano, la cinta recoge los audios originales grabados en las entrevistas de Trueba.
Con todo, la película resulta ser una declaración de amor de ambos autores a la bosa nova y al cine. Dentro del metraje, uno de los personajes llega a afirmar que la bosa nova y la nouvelle vague cambiaron la historia de la música y el cine. Para los creadores del largometraje,“esos dos movimientos revolucionarios cambiaron un mundo con corbata por otra manera de contar y cantar y esa sensación está impregnada a lo largo de toda la película”.
Iker Bergara