"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Mucho antes del imperio de lo efímero, de estos tiempos digitales, acelerados, fragmentados y con demasiada prisa, que ofrecen sentencias definitivas en 280 caracteres o filosofías de vida en vídeos de tres minutos, el cine ya sabía aprovechar el valor de la brevedad. Desde su nacimiento como arte, el cortometraje estuvo ahí, en los primeros hallazgos de Méliès o los Lumière, en la genialidad de Charles Chaplin o Buster Keaton, en la revolución surrealista de Buñuel.
Talento en pocos minutos que dio forma a un naciente arte cinematográfico, y con el paso de las décadas, siempre escuela formativa y banco de pruebas de grandes cineastas. Ahí estriba la gran diferencia de lo que aporta el cortometraje con respecto al ruido y la furia acelerada de las redes sociales. Su vocación, lejos de agotarse en lo efímero, es la base para construir recorridos de largo alcance.
Así se ha concebido desde hace ya más de dos décadas (esta es su vigesimoprimera edición) Nest, la sección competitiva internacional del Zinemaldia que convoca cortometrajes de estudiantes de cine de todo el mundo. La mejor prueba de su vocación y utilidad es que cineastas como Isabel Lamberti (La última primavera, 2020), Grigory Kolomytsev (Chupacabra, 2020), u Oren Gerner (Africa, 2019), que luego presentarían sus películas posteriores tanto en el Festival de San Sebastián como en otros certámenes del circuito internacional, iniciaron su andadura precisamente en esta sección.
Lo que nació en 2002 como Encuentro Internacional de Escuelas de Cine, ha ido cobrando con el tiempo cada vez mayor relevancia dentro del certamen donostiarra, especialmente desde la incorporación a la organización en 2008 del Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera, aumentándose la participación de cortometrajes y escuelas, y añadiendo actividades paralelas como coloquios, conversaciones y clases magistrales de profesionales del cine de la categoría de Todd Haynes, Bertrand Bonello, Christine Vachon o Nobuhiro Suwa, entre otros muchos. Este año, el plantel de cineastas que ofrecerán a los distintos estudiantes de cine una masterclass se amplía con Elena López Riera, directora de El agua, Ruth Beckermann, directora de Mutzenbacher, y Natalia López Gallarda, directora de Manto de Gemas, películas todas ellas que podrán verse este mismo año en la sección Zabaltegi-Tabakalera.
Pero los auténticos protagonistas de Nest son los y las jóvenes cineastas, estudiantes de cine de todo el mundo que han sacado adelante sus propios cortometrajes. En total, alrededor de nada menos que 350 preseleccionados en escuelas de cine de todo el mundo, hasta finalmente llegar a los trece que se presentan aquí a competición en San Sebastián, y que optan a un premio dotado con 10.000 euros y, más valioso aún, el aprendizaje adquirido y el reconocimiento a un trabajo que para muchos puede ser el pistoletazo de salida a sus carreras cinematográficas.
Entre los trece cortometrajes finalistas hay visiones que llegan desde China y Sudáfrica, desde Brasil, Colombia y República Dominicana, desde Alemania, Suiza, Francia y España. Riqueza de voces entre las que irrumpe, por primera vez en las 21 ediciones, el euskera, por partida doble, en los cortometrajes de las cineastas Nagore Muriel Letamendia, que presenta su trabajo Erro Bi, y Mikele Landa Eiguren, que compite con el cortometraje Noizko Basoa.
Gonzalo García Chasco