"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Si el teatro es el gran escenario del mundo, ¿qué mejor lugar que una gran sala teatral en Berlín tras el fin de la segunda guerra mundial para hablar de la diferencia y de la reconciliación, de la reintegración y la superación entre quienes durante tantos años estuvieron derrotados? La idea es excelente: situar en un teatro a un grupo heterogéneo de refugiados de diversas nacionalidades que han huido del Tercer Reich o han estado recluidos en campos de concentración durante la contienda, controlados y vigilados ahora por soldados británicos a la espera de su repatriación. Hay hombres y mujeres yugoslavos, griegos, polacos, rusos, checoslovacos y franceses. Hay heridas y tensión, divergencias y odio al otro aunque todos hayan sido humillados por el nazismo. The Lost People (1949) es una película sobre la diferencia y de qué manera pueden superarse los traumas de una guerra que galvanizó a medio mundo abriendo, aún más, la disconformidad entre pueblos.
El film lo empezó a dirigir Bernard Knowles, para quien Muriel y Sydney Box habían escrito El hijo del pirata y Easy Money. Debido a distintos problemas, Muriel tuvo que incorporarse sobre la marcha escribiendo y dirigiendo escenas adicionales. Supuso su debut tras la cámara y, según varias informaciones, llegó a completar el sesenta por ciento del metraje definitivo. Muriel tenía en el plató una moviola en la que verificaba cada día el material ya filmado por Knowles y así unificaba visualmente lo que ella se disponía a rodar. Un trabajo a conciencia.
Protagonizada por Mai Zetterling y Richard Attenborough, la película está hablada toda en inglés. Como se nos dice en los créditos iniciales, prefirieron sacrificar el verismo de las muchas lenguas y acentos para facilitar la comprensión del espectador. Pese a ello, The Lost People posee un considerable poso de verdad. Y eso que está filmada en un teatro, decorado convertido en acto reflejo de la representación: la película parece por momentos una función, con parte de los personajes en el patio de butacas y palcos y la otra parte encima del escenario. Teatro y realidad se confunden a través del punto de vista de una cámara de cine.
Quim Casas