"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La crónica de una adolescencia maltratada. Un drama judicial. Una biografía romántica de Cristóbal Colón. Este es el menú que propone hoy la obra como guionista de Muriel Box, compartiendo crédito en las tres películas con su marido. La primera, Good-Time Girl (1948), tuvo paso fugaz por la cartelera española con el título de Muchachas en libertad. La dirige David MacDonald, el mismo de la exaltada y escocesa The Brothers. La segunda es The Blind Goddess (1948), otro de esos pequeños filmes de cámara, mayoritariamente en interiores, en los que las tensiones van apareciendo sigilosamente. La tercera, Christopher Columbus (1949), del mismo MacDonald, también se estrenó en España, pero en… ¡abril de 1982! El mal papel en el que queda la corte española de Isabel la Católica no le hizo ninguna gracia al franquismo, así que fue prohibida. Tantos años después llegó con un despampanante La verdadera historia de Cristóbal Colón.
En manos de una productora de serie B en los años cuarenta o de Roger Corman en los cincuenta, la historia de Muchachas en libertad habría derivado sin duda hacia un exploit sensacionalista sobre chicas descarriadas. Para los Box era un asunto más serio. El título original, Good-Time Girl, hace referencia a la actitud sexual de las muchachas que no seguían las normas imperantes. El film tiene su moraleja, por supuesto, pero el guion intenta plantear, que no justificar, los aspectos que pueden condicionar la actitud tan ‘libérrima’ de la protagonista, mujer y menor en un mundo organizado y dominado por los hombres: cae en la delincuencia y después es recluida en un reformatorio porque su padre la maltrata y su jefe ha intentado abusar de ella. En una de las tres historias que conforman Street Corner (1953), la joven encarnada por Peggy Cummins también se arrojaba en brazos de un criminal huyendo de una situación familiar y económica deplorable.
The Blind Goddess es más escueta en todos los sentidos: una intriga que oscila entre el melodrama, el drama criminal y el relato judicial, centrada en el desvío de fondos de un aristócra
ta que trabaja para una organización internacional. En todo caso, es una película sobre la ética: el protagonista denuncia los hechos del aristócrata corrupto pero este, y su poderosa maquinaria, lo llevan a juicio acusándole de libelo. Christopher Columbus es un film bicéfalo. Por un lado se trata de un biopic de exaltación de un personaje histórico, pero el hecho de que parta de la novela que Rafael Sabatini consagró al navegante veneciano, y que su planteamiento sea cuestionar los muchos impedimentos que tuvo en la corte española para hacer realidad su expedición, la convierten en una propuesta algo anómala, mecida en un exultante Technicolor pero sin el carácter grandilocuente de muchos filmes de época realizados en aquellos años. El estadounidense Fredric March ofrece una composición bastante curiosa del descubridor de las Américas.
Quim Casas