"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Savage Cinema está volviendo a ser un año más una excelente muestra del buen estado actual del cine de deportes de riesgo, acción y aventura, así como de planteamientos de vida alternativos por parte de personas entregadas a los mismos con pasión. La sección ya plenamente consolidada en el Festival, sigue llenando las sesiones y atrae a un público joven a las salas.
No han sido pocos los deportes aludidos en las películas programadas a lo largo de estos cinco años, pero la presente edición se ha centrado particularmente en un deporte, el surf, que en apenas medio siglo de implantación ha pasado de formar parte de la contracultura californiana a popularizarse universalmente hasta el punto de que en los próximos Juegos Olímpicos pasará a ser deporte olímpico. Se trata, además, de un deporte que cuenta con especial afición en la ciudad de San Sebastián.
Aquellos mismos surfistas californianos pioneros en los años cincuenta fueron quienes inventaron el skateboard, ya que les permitía practicar los días que no había olas. Al igual que el surf, esta otra manifestación deportiva también pasará a ser olímpica en Tokyo 2020. Surf, skateboard y su vertiente de invierno, el snowboard son, al final, los deportes que se reflejan en las cinco películas que componen este año la oferta de Savage Cinema.
El ciclo es más focalizado, pero no por ello menos diverso, ya que los retratos que encontramos en la sección proceden de países dispares, y abarcan realidades adyacentes a los deportes que se remiten a momentos y personalidades de épocas muy diversas, lo que permite construir una amplia panorámica. Esta variedad enriqueció notablemente el debate que miembros de cuatro de las cinco películas del ciclo mantuvieron ayer en el Kursaal moderados por Jamie Brisick, un reconocido periodista y escritor especializado en surf.
Participaron Peter Hamblin, director de Let’s Be Frank; Patrick Trefz, director de Surfer’s Blood; Tajudi Masuda, director de Bunker77 y Art Brewer y Craig Stecyck, productores de la misma; y William A. Kirkley, director de Orange Sunshine, quien vino acompañado de las dos personalidades retratadas en su filme, William y Carol Randall, fundadores de una controvertida hermandad de surfistas espirituales en la California de los años sesenta. “Levántate y di la verdad”, fue como describió ayer Carol Randall su interés por participar en el proyecto.
Esa frase puede describir también el valor de testimonio y verdad que suelen atesorar las películas de esta sección, que se trasladó al propio encuentro en un debate que fue planteado por los presentes como una interesante reflexión en torno a la aventura y una “conexión de culturas”, expresiones que bien pueden aplicarse a la muestra de cine que ofrece la propia sección de Savage Cinema.