"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nacido en Fanyang, en la provincia de Shanxi, en 1970, su nombre saltó a la fama con su ópera prima The Pickpocket (1997), aunque la película que terminaría por consolidarlo como uno de los directores más relevantes del cine chino contemporáneo fue Naturaleza muerta (2006), con la que obtuvo el León de Oro del Festival de Venecia. Esta es la tercera vez que acude a San Sebastián, donde ya había estado en la sección Perlas con sus dos últimos largometrajes: Un toque de violencia (2013) y Más allá de las montañas (2015). “Fueron experiencias muy enriquecedoras pero es cierto que en ambas ocasiones no estuve en la ciudad más que tres o cuatro días y la mayor parte del tiempo lo pasé haciendo entrevistas. Así que cuando desde la dirección del Festival me propusieron venir este año como jurado de la Sección Ofi cial no pude negarme. Estar durante nueve días viendo cine, que es lo que realmente me gusta, en un contexto como el que ofrece esta ciudad con un patrimonio y unos paisajes tan bellos y una oferta gastronómica tan estupenda, es un auténtico lujo. Lo único que falta es que el tiempo mejore”, comenta el cineasta entre risas mientras echa una ojeada por la ventana a la fi na lluvia que viene acompañando al Festival desde su inauguración.
Jia Zhang-ke confi esa que cuando se enfrenta como espectador a una película, lo hace “con curiosidad y esperando encontrar algún elemento innovador”. Pero más allá de eso reconoce que lo que le atrae de la posibilidad de ejercer como jurado en un festival como San Sebastián es el “poder confrontarme con el cine que se hace en otras latitudes y entender la mirada de personas vinculadas a otras culturas. A través del cine conozco lo que ocurre en otras partes del mundo”. No debe de extrañar este interés antropológico en un director como él que, a través de sus películas, ha venido dejando testimonio de los grandes cambios que han acontecido en la sociedad china a lo largo de los últimos años: “Yo entiendo que el cine es un reflejo de la propia sociedad. Si la sociedad cambia es normal que el cine también evolucione con ella. Por otra parte, cualquier manifestación cultural, y el cine lo es, es una herramienta de transformación. Dicho esto, cada director debe de ser consciente de cuál es su rango real de infl uencia. Sería absurdo pensar que tu trabajo tiene una importancia superior a la que realmente posee”.
LENGUAJE UNIVERSAL
Para el director chino, “en la medida en que pertenecemos a culturas diferentes, las películas que se hacen en uno u otro lugar del mundo tienden a refl ejar coyunturas diversas, pero luego hay problemáticas que nos son comunes a todos y lo interesante es ver la mirada que sobre esos temas comunes tiene un cineasta africano y después contrastarla con la de un director americano, por ejemplo”. Llegados a este punto, Jia Zhang-ke reconoce que lo bueno del cine es que “constituye una especie de idioma universal. Yo he llegado a ver películas italianas en un idioma que no entiendo para nada y sentir que conocía a esa gente solo por el modo en que los personajes se movían, interactuaban y comían”.
En este sentido, los festivales, según el director, ofrecen un escaparate inmejorable para asomarse al mundo: “Incluso a mi propio país. Este año en San Sebastián voy a poder ver las películas de dos jóvenes directores chinos de los que apenas sabía nada y la verdad es que tengo mucha curiosidad y muchas ganas”.
Dentro de ese alcance universal que concede al lenguaje cinematográfi co, Zhang-ke incluso reconoce que éste puede llegar a ser una herramienta pedagógica de primer nivel: “En China, gracias al cine, muchas personas que eran analfabetas, comenzaron a formarse”.
JAIME IGLESIAS