"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Según cómo uno se siente en la butaca, puede llegar a disfrutar de Paradise Now (2005) como si se tratara de una comedia. Y no es que este punto de vista sea caprichoso o descabellado, sino que la película bien acepta esta perspectiva. No es que este filme de Hany Abu-Assad pueda compararse con Intervención divina, aquel inopinado homenaje a Jacques Tati en Jerusalén dirigido por Elia Suleiman (otro cineasta palestino, como Abu-Assad); y ni mucho menos con barrabasadas como Four Lions, aquel bromazo cafre sobre atentados y hombres-bomba de Chris Morris. Pero sobrevuela todo el filme un sentido de la fatalidad, del patetismo y de la inoportunidad (personajes equivocados, en un mal momento y en el peor lugar), que es imposible no reparar en que muchos momentos están planteados con media sonrisa (y algunas secuencias, directamente, con una carcajada entera; como la de la grabación del vídeo glorificando a Alá).
En realidad, el gran conflicto de Paradise Now es muy básico: ideales versus sentimientos. Dos amigos de toda la vida que viven en el campo de refugiados palestino de Nablus son convocados de un día para otro a ingresar en el paraíso; es decir: a realizar un ataque suicida en Tel Aviv con un chaleco explosivo. La llamada a sus obligaciones con un mandato superior no llega en buena hora; y aunque su día a día tienda al aburrimiento, la falta de horizontes y la cochambre, este pírrico plan de vida les parece mejor que inmolarse al día siguiente. ¿Qué son más poderosos, pues? ¿Los lazos sentimentales (con familia, amistades, parejas…) o el sentido del deber a una causa?
JOAN PONS