"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Bina Daigeler (Munich, 1965), diseñadora de vestuario, llegó a Madrid en los años 80 con la esperanza de trabajar algún día con Pedro Almodóvar. “Había visto sus películas y ése era el cine que me atraía, muy diferente de lo que estaba haciendo en Alemania. Después de mucho viajar, decidí que Madrid era un lugar más interesante que Berlín, Londres o París. Había una energía muy positiva y eso era lo que yo buscaba en ese momento de mi vida”.
Años después se encargaba del vestuario de Todo sobre mi madre (1999) y Volver (2006), cumpliendo así su sueño y trabajando también a las órdenes de cineastas como Oliver Stone, Fernando León de Aranoa, Wim Wenders o Niki Caro. “Me encanta compartir la visión creativa de estos grandes directores, me aporta mucho. Cuando logras trabajar en equipo con ellos es muy satisfactorio. Es necesario encajar, claro, pero eso también te lo da la experiencia”.
Apasionada de su trabajo, dice disfrutar tanto de aquellos proyectos muy creativos “en los que tienes que crear de la nada todo un mundo” como de los que se ciñen a hechos reales. “En estos últimos, siempre aprendo mucho. Hasta cuando se trata de uniformes tienes que tomar decisiones”.
El vestuario, remarca Bina, “tiene que dar fuerza al actor, pero nunca matarlo. Yo prefi ero vestuarios sutiles, aunque en algún momento puntual tenga que ser chillón, pero siempre tiene que ayudar a la historia y a lo que quiere expresar el director. Y eso, en las películas contemporáneas, es mucho más difícil. Se trata de hacer algo interesante: que no resulte aburrido pero tampoco llame demasiado la atención”. Y luego está el trabajo con las estrellas. “No es que pongan pegas, pero tienen su criterio. Y creo que se trata de que les escuchemos. Yo no quiero trabajar en contra del actor. Yo quiero trabajar con él, construyendo el personaje para que se sienta a gusto. Normalmente, los actores y las actrices que han llegado lejos en su profesión saben de lo que hablan. El proceso puede ser difícil, discutes, intercambias opiniones, pero luego llegas a conclusiones comunes y eso es bonito. El nuestro es un trabajo muy psicológico”.
Uno de sus últimos proyectos, y el más complicado de su carrera, según sus palabras, ha sido Hands of Stone, de Jonathan Jakubowicz, con Robert de Niro. “Teníamos que vestir a 15.000 fi gurantes, y rodamos en Panamá, donde no hay infraestructura para formar un equipo suficientemente grande y hace muchísimo calor y humedad. Además, el presupuesto era muy ajustado. Fue agotador”.
Daigeler también ha trabajado en televisión, en series como El tiempo entre costuras (2013) y Narcos (2015). “He tenido suerte porque me han dado los medios necesarios para poder ser creativa. El problema en televisión es el tiempo, va todo muy rápido, los guiones llegan muy tarde y te tienes que adaptar. Hay que ser muy fl exible y veloz”.
Estos días se enfrenta a otro reto, el de juzgar las películas de la Sección Ofi cial. “Siento responsabilidad y también curiosidad. Llevo muchos años trabajando en cine, pero siempre desde el campo técnico y encontrarme ahora en esta situación, compartiendo opinión y mesa con gente tan diferente, porque cada uno venimos de una cultura distinta… Creo que va a ser muy interesante. Y comeremos muy bien, porque estamos en San Sebastián”. Ella intentará defender aquellas películas que le “toquen profundamente”, que le hagan “sentir emoción” y de las que pueda “aprender algo nuevo”. Aunque, confi esa, “también disfruto mucho del puro espectáculo”.
KAROLINA ALMAGIA