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En China, la política del ‘hijo único’ al margen de una gran controversia, ha generado a lo largo de las últimas décadas fenómenos como el de las llamadas ‘familias perdidas’. Son conocidas como tales aquellas estirpes donde la muerte del vástago deja a los padres desamparados en una sociedad donde es costumbre que el hijo se ocupe de asistir a sus progenitores según van envejeciendo. Ese es el punto de partida de Xiang Bei Fang / Back to the North, dirigida por Liu Hao, quien ya pugnó por la Concha de Oro en 2010 con Addicted to Love: “Estar aquí y poder mostrar la película ya es un premio, no me planteo ganar”, manifestó el cineasta chino.
La película narra la historia de una joven operaria de una empresa textil a la que le diagnostican una arritmia crónica que pone en peligro su vida. Desde ese momento su prioridad pasa por forzar a sus padres a que tengan otro hijo y a rebelarse contra un destino que parece tener escrito: “Hay una metáfora que me interesaba –comentó el director– y es la de vincular el carácter de la protagonista con el río, con el paisaje urbano donde habita. Pocas veces tenemos la oportunidad de elegir nuestra vida. Podemos, eso sí, elegir nuestras esperanzas, es lo que nos ayuda a hacer fluir, que nuestra existencia fluya”. La actriz protagonista Luo Xiaoyi coincidió con el realizador al señalar que “el mensaje de la película es justamente ese: no hay que desistir ni darse por vencido, sino continuar”.
El ritmo de la película, cuestionado en su aparente monotonía por algún periodista, fue juzgado por la otra protagonista, Su Yijuan, como el justo y necesario, dado que se pretendía conferir al filme un aire suave pero continuado. “Recuerdo –dijo la actriz– las indicaciones de nuestro director en el sentido de que no actuásemos, de que fuésemos lo más naturales que pudiéramos”. Liu Hao reconoció que esas indicaciones se debían a que “me interesaba mostrar la emoción interior de los personajes, captar sus reacciones sirviéndome para ello del rostro de las actrices. Fue un trabajo muy laborioso que hice conjuntamente con mi director de fotografía”.
Asimismo, el director quiso dejar claro que, desde el momento en que empezaron a plantearse rodar este filme hasta hoy, las cosas han cambiado un poco en China en lo relativo al fenómeno de las ‘familias perdidas’: “Ahora a aquellos padres que han perdido a su hijo se les permite tener uno nuevo”. También se han flexibilizado un poco las posiciones en lo que respecta a la censura: “De hecho –dijo el cineasta– una película como ésta que toca un tema tan polémico ha reunido todos los permisos y la hemos podido rodar sin problemas”.
J.I.