"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Bakemono No Ko (The Boy and the Beast), la primera película de animación que compite por la Concha de Oro, es un cruce de historias entre Kyuta, un niño solitario que vive en Tokio, y Kumatetsu, una bestia sobrenatural aislada en un mundo imaginario. Su director, Mamoru Hosoda, se mostró ayer feliz de hacer historia en Zinemaldia, “un festival, que aun siendo tradicional, es a la vez muy innovador, como lo demuestra el hecho de que hayan incluido mi película en la Sección Oficial. Creo que es un error categorizar las películas, ¡qué más da que sean de animación o de personajes…!”
Bajo la apariencia de película de aventuras, donde no falta la lucha libre y los samurais, los personajes de Hosoda se aferran a la amistad, la educación y la familia para encontrar su lugar en el mundo. El filme tiene paralelismos con su anterior trabajo, Okami Kodomo no Ame to Yuki (Wolf Children, 2012). Mamoru Hosoda, que en 2011 creó su propio estudio de animación, señaló que “la búsqueda de identidad es una constante en toda mi obra. Todos los adolescentes pasan por una etapa de búsqueda de identidad y la familia suele ser su soporte. En este caso, el niño protagonista también se busca una familia, aunque sea en un mundo irreal lleno de bestias”.
Según explicó, ambos proyectos cinematográficos surgieron por una necesidad personal. “Cuando escribí la primera, deseaba ser padre, pero no podía, así que esa película fue mi manera de imaginar un hijo. Hace tres años nació mi hijo y empecé a pensar en cómo crecería, en cómo sería su padre ideal, y de ahí surgió esta nueva historia”. Hay otras referencias autobiográficas, como la alusión al libro “Moby Dick”, que tanto le influyó en su vida de estudiante. “Creo que en esa obra, el capitán, más que peseguir a una ballena, también va en busca de su identidad”, indicó.
Dibujada a mano, han tardado tres años en sacarla adelante. Estéticamente, presenta una animación aparentemente sencilla, con unos fondos espectaculares. “Ha sido un trabajo laborioso, pues queríamos reproducir con gran realismo el barrio de Shibuya, en Tokio, y otras ciudades de Japón. Shibuya ha sufrido una transformación en los últimos años que queríamos reflejar; la examinamos bien y dibujamos la zona tal y como estaba en 2006 y tal como es ahora”.
Hosoda se mostró satisfecho con la acogida que tuvo ayer su obra. “Para mí, era todo un desafío, porque hasta que no la viera el público no sabía cómo iba a reaccionar. Es muy difícil reflejar el mundo de un niño. Esta es una historia sobre el crecimiento personal, pero también sobre lo que un adulto aprende de un niño”.
K.A.