"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Nuestra película intenta reflejar todo lo que rodea al mundo de las motos y la pasión que genera entre los aficionados, ya sean hombres o mujeres, viejos o jóvenes: el entusiasmo, la entrega, el ímpetu, son cosas que trascienden edades y fronteras”. Así de contundente se mostró Dana Brown, director de On Any Sunday-The Next Chapter, en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron ayer en el Club de Prensa del Kursaal algunos de los directores y productores que participan con sus películas en la sección Savage Cinema. A la hora de constatar cómo la pasión por los deportes extremos es algo que une a personas de distintas generaciones, Brown puede presumir de predicar con el ejemplo, sentado como se encontraba en el encuentro de ayer al lado de su padre, Bruce Brown, director de la mítica On Any Sunday, rodada hace 43 años, de la que el largometraje que ahora se presenta en el Zinemaldia es una suerte de secuela.
La pasión como motor de vida
El coordinador de Savage Cinema, Sancho Rodríguez, no dudó en referirse a los Brown como “el más importante linaje de cineastas vinculados a los deportes de acción”, algo que le sirvió para ejemplificar cómo la sección que coordina “no es solo una muestra de cine deportivo, sino que gira alrededor de personas que hacen de sus pasiones el centro de sus vidas”. Para muestra, otro botón, el de Steve y Todd Jones, directores de Higher, largometraje que evoca la trayectoria de su otro hermano, Jeremy Jones como referencia mundial del snowboard de alta montaña: “Lo alucinante en el caso de Jeremy es que nuestra familia procede de un lugar como Massachusetts donde resulta difícil siquiera hallar una colina y ahí le tenemos haciendo snowboard por el Himalaya”, bromeó Todd Jones.
En cierto sentido, todos los presentes coincidieron en que sus respectivos largometrajes reflejan la búsqueda de un sueño y el modo en que sus protagonistas se dedican a superar adversidades hasta alcanzarlo. “Nuestra película –comentó Arthur the Kersauson, director de The Greasy Hand Preachers– es un homenaje a los artesanos, a lo que tiene de gratificante el trabajo manual. En nuestro caso se trata de mecánicos que diseñan motos y que una vez terminadas disfrutan ellos mismos, pero los conceptos en los que fundamentan su trabajo puede ser extrapolable a otras profesiones”.
En la rueda de prensa de presentación de los filmes –que dio lugar a un coloquio posterior moderado por Philipp Mandarla, jefe de largometrajes de Red Bull Media House, firma que patrocina Savage Cinema– también intervino Peter Mortimer, director de Valley Uprising. Esta película está filmada en el Parque Nacional de Yosemite, en California, definido por el cineasta como “la Meca de la escalada en roca”, y trata de mostrar la evolución de este deporte desde sus orígenes, alentado en los años 60 por los movimientos contraculturales, hasta la actualidad.
Propuestas diversas, perfiles plurales y una pasión común por los deportes de riesgo. Esas son las credenciales que se muestran este año en Savage Cinema, una sección que se ha ido consolidando dentro del Festival. J.I.D