"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Europa del Este ha sido un concepto político antes que geográfico. Durante mucho tiempo significó para los europeos occidentales el espacio que se encontraba tras el Telón de Acero. Después de la caída del Muro de Berlín, hecho del que se cumplen ahora veinticinco años, se abrió una brecha a través de la cual se produjo la comunicación con esos habitantes del otro lado. Pero incluso hoy, el europeo occidental sigue hablando de la Europa oriental con ciertosentido monolítico, como algo exótico, extraño e incluso amenazante. Es como si todos esos países que fueron absorbidos por el gigante soviético fueran uno solo, olvidando la fascinante diversidad cultural que ofrecen.
Algo similar sucedió con sus películas. La difusión y exhibición de esas cinematografías ha sido intermitente, dispersa: los “nuevos cines” checo y polaco, la “ola negra” yugoslava, algunos talentos aislados que alcanzaron cierta popularidad (Kieslowski, Béla Tarr, Kusturica)… Pero son pequeños retazos de una realidad más amplia, la de unas cinematografías que, desde 1989, han experimentado radicales transformaciones.
El ciclo Eastern Promises es un apasionante e intenso recorrido por la riquísima oferta del cine producido en los últimos quince años en ese amplio mosaico que abarca desde las costas del Báltico a las playas del Adriático, desde las tierras regadas por el Moldava hasta las orillas bañadas por el Mar Negro. Los cincuenta títulos seleccionados cubren un amplio espectro de temas, géneros y propuestas, siempre con un sabor local muy marcado: el cine bélico (The Blacks) y el trauma posterior a la guerra (Grbavica, Children of Sarajevo, Circles) visto por los países que estuvieron implicados en el conflicto de los Balcanes; el thriller costumbrista a la croata (Fine Dead Girls) y el cine negro en versión lituana (Eastern Drift); la comedia en sus más variados matices, desde el agridulce retrato social (Wrong Side Up) hasta el negrísimo humor balcánico (Death of a Man in Balkans); la inmersión en la realidad virtual de un joven polaco (Suicide Room) y la ciencia ficción lituana (Vanishing Waves); el cine del instituto estonio (The Class) o la crónica juvenil letona (Kolka Kool); el documental eslovaco (Cooking History) y el fake checo (Czech Dream); el más acerbo realismo rumano (La muerte del señor Lazarescu) o la fábula urbana húngara (Control). Son solo algunas de las muchas etapas de un viaje que le permitirá al espectador descubrir cómo viven, sienten y se expresan los habitantes de esa Europa que tiene tanto que ofrecer. Roberto Cueto