Carmen Cobos pasea por el pasillo del hotel María Cristina mientras habla por teléfono con una de sus directoras fetiche, Heddy Honigmann, que participó en la Sección Oficial en 2006 con la inolvidable Forever. Cuelga y se disculpa: “Heddy me llama porque soy la que puedo decir sí o no, en cambio el día a día no puedo resolverlo con ella, porque no podría tener una visión global de la película, verla en el mundo”. Es precisamente esa mirada completa y externa que posee el productor la que le ayudará para decantarse, como miembro del Jurado de Nuev@s Director@s, por una de las diecisiete películas de cineastas debutantes.
Será una porque, en principio, esperan “no hacer menciones” sino premiar una sola película. Y tiene claro cuál será el criterio. “Para mí es muy importante que no nos tengamos que comprometer, que hablemos de la película, que no hablemos de política… Hay muchos festivales donde muchas veces los temas sociales o políticos están antes que el cine. Pero estamos aquí para juzgar cine, la narrativa, la historia, la interpretación, el trabajo de todo el equipo”, enfatiza.
“Y yo me formé como trabajadora social pero aquí estoy de productora”, recuerda. A pesar de que le parece “muy importante que se denuncien los abusos de poder” y apuesta por los documentales, como confirma su filmografía, repite como un mantra: “Tiene que ganar la mejor película; no puede pasar que uno quiere una, otro quiere otra, y al final no gane la mejor. A mí me da igual lo que hayan sufrido para hacer la película, no quiero saber si han pasado veinte años, uno u ocho meses, es terrible tener que trabajar ocho años en una película pero también es increíble que en ocho meses puedes hacer una película”, razona. Sobre las posibilidades de consenso entre cinco personas, se muestra esperanzada. “Creo que estamos en la misma línea y que nos encontraremos”, pronostica.
Esta filosofía responde a una idea que mezcla justicia y responsabilidad. “Un festival te puede hacer o deshacer la película. Y un premio de San Sebastián es muy importante, por eso es importante que gane la película que tenga que ganar y no la película que tenemos que comprometernos que gane”,precisa.
Un festival puro
Desde Forever, Cobos ha mantenido “una relación muy hermosa”con el Festival. “A mí me encanta San Sebastián porque no es un certamen sobre el mercado, ni sobre el dinero, ni de lo que se gana o lo que se pierde, ni qué vendes. Es cine, y hay pocos festivales que son así ahora”, argumenta. “Sabía que venía desde abril, y estoy contentísima. Cuando no puedo estar aquí por trabajo, siempre intento seguirlo de cerca, y mandar un correo o algo especial porque es un festival hermoso; es para la gente de laciudad, tiene glamour, porque tienes que tener glamour, pero es sobre cine, todavía es puro. La mayoría de los festivales no son puros. Y no es ordinario, es elegante”, apostilla.
La productora extremeña de nacimiento, aunque ella sitúa su origen en un abierto “sur”, porque sus padres proceden de Sevilla y Huelva, vive una actividad intensa: produce una película sobre la Royal Concertgebouw Orchestra, “una de las mejores del mundo con Viena y Berlín”, a la que siguen en su gira mundial por su 125º aniversario; realiza una coproducción con Bélgica sobre el encuentro de científicos y humanistas en las universidades de Holanda y Japón; impulsa un documental sobre un chico que fue encarcelado tres meses por un delito que no cometió y muestra cómo ese error ha “destrozado” su vida y la de sus padres; y va a debutar en la dirección con una película “muy conceptual” sobre un compositor de música clásica.
Esta hiperactividad es un buen punto de partida para hablar con optimismo del futuro del cine, así que no desaprovechamos la oportunidad: “El futuro del cine consiste en que todos tenemos historias que contar y en saber cómo contarlas. Recuerdo un cineasta que me contó que vio una gota de sangre en la calle, y que eso le hizo pensar en su próxima película. Yo no creo que, por ejemplo, el futuro tenga que venirde Asia. El mercado europeo lo tiene América y, sin embargo,creo que el cine cultural está teniendo mucho más éxito, como el documental. Nadie pensaba hace diez años que el documental iba a tener éxito, éramos siempre cine de segunda clase, y ahora nos miran un poquito mejor”, ejemplifica. Aunque admite que hay algo que sí puede colocar la hegemonía o la supervivencia del séptimo arte en uno u otro territorio: "Lo único que puede cambiar el mercado no es el cine, es el dinero."
RUTH PÉREZ DE AREJITA