La primera vez que vine a San Sebastián fue en 1986 para presentar Salvador –comentó Oliver Stone en su comparecencia ante los medios de comunicación–. Recuerdo muy vivamente aquella proyección en el velódromo ante 3.000 personas, fue una experiencia imborrable”. Desde entonces el cineasta norteamericano se convirtió en uno de los mejores embajadores del Festival. A aquella primera visita le siguieron muchas otras y ayer volvió a hacer acto de presencia en la ciudad con un doble fin: presentar Savages (Salvajes), su última realización, y recibir el Premio Especial 60 aniversario, un galardón que le procura “un especial placer”, según comentó.
Una sensación parecida es la que manifestó John Travolta, actor en la película de Stone y Premio Donostia en esta edición: "Cuando un grupo de personas se reúne para celebrar tu trabajo dándote un premio como éste, a uno solo le queda dar las gracias”. Ambos estuvieron acompañados por Benicio Del Toro, quien tiene uno de los papeles más destacados en Savages interpretando a un sicario del cártel de Baja California. El actor de origen portorriqueño que recientemente ha debutado como director en uno de los episodios de Siete días en La Habana (que podrá verse en Zabaltegi Especiales) definió a Oliver Stone como “un maestro, uno de esos cineastas que abren camino y hacen que otros directores se atrevan. Haber trabajado bajo sus órdenes supone un logro profesional para mí”.
Savages es un violento thriller que adapta la novela homónima de Don Winslow sobre dos jóvenes amigos californianos, cultivadores de marihuana, que se ven abocados al salvajismo cuando un cártel mexicano secuestra a la novia que ambos comparten para presionarles a que les cedan la distribución de sus plantaciones. El asunto dio para que a Stone y a sus actores les plantearan varias preguntas sobre la conveniencia, o no, de la legalización de las drogas y sobre el papel de EE.UU. en la lucha contra el narcotráfico.
Siempre abierto a la polémica, Stone no rehuyó ninguna de estas cuestiones y al margen de posicionarse –también Benicio Del Toro lo hizo–a favor de la legalización (“la marihuana es sana, es incluso terapéutica”), el director fue especialmente crítico con la política de la administración estadounidense al explicar que la guerra contra el narcotráfico no es sino la prolongaciónde otros escenarios bélicos en los que su país se ha visto involucrado: “Esta guerra le sirve a EE.UU. de coartada para espiar en otros países, para meter a sus agentes allí y militarizarlos”.
También vio paralelismos el director entre los métodos de tortura que utilizan los modernos cárteles y las técnicas usadas por el ejército de su país en Iraq. La brutalidad de estas prácticas es la que separa, según John Travolta, a las nuevas mafias de las antiguas: “Cuando ves The Godfather (El Padrino) asumes que en aquellos criminales prevalecía SAVAGES • EE.UU. • Oliver Stone (director) • John Travolta (actor), Benicio del Toro (actor) un código moral que, por ejemplo, a la hora de ejecutar una venganza les llevaba a dejar fuera de la misma a las mujeres y a los niños. Hoy todo eso ha cambiado, ahora vale todo”.
De ahí el título de la película que en su carácter explícito no deja, sin embargo, de ser ambiguo, toda vez que la percepción del salvajismo varía en función de quien juzga como tales ciertos comportamientos: “No deja de ser irónico –dijo Oliver Stone– que el personaje de Benicio Del Toro se refiera a los jóvenes californianos como salvajes por el hecho de mantener una relación a tres bandas”. El actor, por su parte, no tuvo dudas al afirmar: “Salvaje es aquello que supone romper con toda moral”.
Un adjetivo que, en su vertiente más cínica, también podría aplicarse al personaje que encarna John Travolta, un corrupto agente de la DEA, que le sirve a Stone para vehicular su acostumbrada diatriba contra el poder: “En su actitud podemos ver la estupidez de una guerra como ésta”, dijo el cineasta ante el asentimiento del actor para quien “se trata de un personaje que difiere de todo lo que he hecho anteriormente”.
J.I