"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Uno de los momentos de esplendor del televisivo “Saturday Night Live” aconteció en la segunda mitad de los setenta, cuando John Belushi y Dan Aykroyd, dos de los cómicos en nómina del programa, decidieron formar su propia banda de soul y rhythm’n’blues y dejar que emergiera su verdadera alma negra. El grupo The Blues Brothers se convirtió en realidad y John Landis, talento sagaz donde los hubiera en esa época, consagró toda una película a sus gags y sus actuaciones.
Puede considerarse The Blues Brothers, o Granujas a todo ritmo, una de las tres mejores comedias del director junto a Desmadre a la americana y Entre pillos anda el juego. Su fórmula es arrolladoramente armoniosa: un gag y un número musical, otro gag y otro número musical, hasta el infinito y más allá…
Repertorio impecable (“Peter Gunn”, “Gimme Some Lovin’”, “Everybody Needs Somebody To Love”), actuaciones estelares (Aretha Franklin, Ray Charles, Cab Calloway, James Brown y su fulgurante funk-gospel), gags incisivos o estruendosos, recuerdos a Jerry Lewis (con su actriz habitual, Kathleen Freeman, incorporando a una monja), cameos lustrosos (Spielberg, Frank Oz, Twiggy) y números donde el blues y la gestualidad tan peculiar de Belushi se funden a la perfección: una epifanía para la nueva comedia, una revelación para el musical de raíz negra pese a la blanca tez manchada por las gafas y la indumentaria oscura de sus dos protagonistas.
QUIM CASAS