Bent Hamer llega sonriente a la entrevista, catálogo en mano, haciendo los deberes como miembro del Jurado Oficial.“Esta labor es todo un proceso, pero prefiero no saber demasiado sobre las películas, quiero que me sorprendan”. El realizador noruego compitió el año pasado en la Sección Oficial con Home for Christmas (A casa por Navidad), por la que se llevó el Premio del Jurado al Mejor Guion. Su filmografía incluye títulos como Eggs (1995) y Kitchen Stories (2003), ambos galardonados con el Premio de la Crítica Internacional (FIPRESCI).
Antes de empezar a hacer cine, estudió Derecho en la Universidad de Oslo y trabajó como patrón de barcos de vela. ¿Cuándo decidió dedicarse al cine?
No sé si lo he decidido aún (riendo). Muchos de mis amigos eran artistas. Yo, por mi parte, intenté hacer varias cosas, aunque no sabía qué era lo que podía realizar mejor. Empecé Derecho, pero no era para mí. Através de un amigo que estudiaba cine en Copenhague,
vi que existía esa opción. Decidí marcharme a Estocolmo a estudiar teoría cinematográfica
porque en Noruega no existía la opción. Siempre supe que quería dedicarme al cine. Pensé que la teoría era una buena base para hacer películas. En ese sentido, mi entrada en el cine ocurrió poco a poco. Es difícil decir cuándo di el paso o si alguna vez llegué a darlo.
Realizador, guionista, productor. Dentro de todas las labores que desempeña, ¿con cuál
disfruta más?
Es difícil separarlas, diría que imposible. No creo que pueda levantarme cada mañana y ser director de cine, no soy ese tipo de persona. Para mí es bueno hacer diferentes cosas porque, si no, me aburriría.Pero, a pesar de que es difícil separar las funciones, diría que, en proporción, dedico más tiempo a la producción.
El humor es un importante elemento en sus películas, y a pesar de él, los temas resultan bastante dramáticos.
He desarrollado una expresión para referirme a mi humor, lo llamo “humor poético”. Espero que no suene demasiado pretencioso. Hay dos tipos de humor. Por un lado, el que ves y desaparece, efímero. Por otro, el humor del que me siento más cercano, el poético, el que está ahí. Es una manera de entender el mundo que me rodea. Me es imposible no ver humor en las situaciones convencionales. Las historias son serias pero también tienen un componente de humor. Resulta una gran manera de comunicarse.
Los personajes que generalmente retrata, como por ejemplo en Kitchen Stories y O’- Horton, son algo distantes y fríos. No obstante, gracias al humor con el que los caracteriza, el espectador acaba por empatizar con ellos.
Así es.No hay demasiado diálogo en mis películas. Me gusta partir de situaciones específicas que, muchas veces, narran más que las palabras.Claro que también puedes hacerlo a partir de diálogos, pero, personalmente, me resulta más difícil. Para llegar a conocer a mis personajes, el espectador tiene que hacerlo poco a poco, observando cómo reaccionan y cómo organizan su vida.
A pesar de la generalización, ¿diría que existe un tipo de humor nórdico?
Hay dos modos de analizarlo.Por un lado, como la melancólica mirada sobre lo que nos rodea y sobre cómo nos entendemos a nosotros mismos.Pero, por otro lado nuestras cintas tienen buen recorrido. Eso quiere decir que también se entienden fuera de nuestros países y que comprendéis bien nuestro humor.Quizás las formas que adopta de un país a otro son diferentes, pero se acaban por reconocer.
Normalmente escribe sus propios guiones partiendo de ideas originales. No obstante, adaptó la novela de CharlesBukowski en Factotum (2005). ¿Sintió una mayor responsabilidad al adaptar una obra ya creada?
Sí es una gran responsabilidad, pero no creo que sea bueno ser demasiado respetuoso. Tienes que realizar tu propia obra a partir de otra ya existente. Claro que has de respetarlo, pero tienes que dejar el libro de lado, para poder desarrollar tu propia obra. Soy un gran admirador de Bukowski y le respeto muchísimo. No es posible filmar un libro, hay que interpretarlo. Es un reto diferente al de escribir un guion a partir de una idea original.
Al buscar ideas para un buen relato, ¿qué es lo que le inspira?
Para mí, contar historias no tiene nada que ver con películas, sino con la vida real, con historias que pueden existir en pinturas, en libros. Mi inspiración viene de todas partes, del día a día.
ANE RODRÍGUEZ