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Una niña es violada con diez años y lo olvida. Su vida sigue hasta que…catorce años, cuatro meses y algunos días más tarde se derrumba. La película Elisa K huye de la morbosidad y se centra en “el retorno”. El relato de Lolita Bosch, “Elisa Kiseljak”, en el que se basa el film, es un estudio bien documentado sobre las secuelas de la violación en la infancia,“un caso que se da más a menudo de lo que queremos pensar”.
Igual que la novela, la película está estructurada en dos partes, las dos partes en que se rompe la vida de Elisa. El antes y el después. Y cada uno de los dos codirectores, Jordi Cadena y Judith Colell, ha llevado la voz cantante en una de las partes, en ambas con estética inspirada en la pintura: la primera, en blanco y negro, con referencias a la pintura de Hammershøi y lasegunda, a la de Lucian Freud y Egon Schiele “por cómo representan la descomposición del ser humano y sus primeros planos tan desgarrados”.
Deseaban codirigir pero no encontraban el guión adecuado y "Elisa Kiseljak" se lo proporcionó: dos historias diferentes en una misma, lo que les permitía trabajar “juntos pero con sus propios estilos”.
Acierto total en el casting porque Elisa niña, protagonizada por Clàudia Pons, y Elisa adulta, que encarna Aina Clotet, parecen la misma persona.
Aina Clotet ha reconocido que ha sido un “trabajo de orfebrería” la composición de su personaje, da en la pintura: la primera, en una mujer valiente: “Pone al mieblanco y negro, con referencias do de cara y lo convierte en coa la pintura de Hammershøi y la raje para seguir viviendo”. Antes de rodar preparó su personaje acudiendo a asociaciones de víctimas
de violaciones que le ayudaron “a entender el silencio”.
La directora Judith Colell ha agradecido el “esfuerzo” de Aina en la escena del brote sicótico, en la que “se dejó la piel”. Recuerda el trabajo previo que supuso y la dificultad del rodaje, donde “dejo hacer” a Aina porque conocía su capacidad: “Sabía lo que podía dar. Y aun así me sorprendió”
No queremos ver
El actor Hans Richter, que encarna al padre de Elisa, cree que su personaje representa al conjunto de la sociedad: “La violación en la vida cotidiana no ocurre, es algo que pasa en los diarios, pero no a la vecina, no a tu niña”. El protagonista intuye que algo no va bien, pero su subconsciente le dice: “No, él es tu amigo, no puede ser”. De pronto, una mirada de su hija provoca que todo brote, junto con las lágrimas. También la actriz Lydia Zimmermann, la madre, comparte esta tesis: “A las madres la rutina nos puede…hay algo en la dinámica que al final acabas aceptando y siempre piensas que el tiempo pondrá las cosas en su sitio. Pero realmente no las pone. Tiene que llegar el momento”. Recordó la frase de Chris Marker: “Todos pensamos que las heridas las cura el tiempo, pero el tiempo lo cura todo menos las heridas”.
El film termina con una referencia a Martin Luther King, como representación del hombre valiente “que se enfrenta” a los problemas y con una larga y significativa mirada de la protagonista que parece decirnos: “La infancia es un lugar en el que uno se tiene que sentir seguro”, frase con la que termina el relato original.
Elisa K está rodada en catalán y así se va a estrenar en las salas de cine españolas, con subtítulos en castellano. Judith Colell ha asegurado que: “El idioma no debería ser un problema en el arte, pero en este país tenemos la manía de doblar las películas. Afortunadamente, la nuestra se va a distribuir en versión original”.
Argi DORRONSORO