"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El sexo y el cuerpo están en el punto de mira de muchos de los directores y directoras franceses de las últimas generaciones. El sexo como placer, como descubrimiento, como revolución. Catherine Breillat y Gaspar Noé son dos buenos ejemplos. También dos cineastas menos conocidos entre nosotros, Jacques Nolot y Damien Odoul. Sus dos películas se caracterizan por una forma directa, sin falsos pudores, de filmar el deseo y la cópula, a veces por pura satisfacción, en otras como un acto de supervivencia.
La Chatte à Deux Têtes (2002) es el segundo de los tres largometrajes de Nolot, una presencia ciertamente extraña y personal en el cine francés de los últimos diez años. L’histoire de Richard O (2005) es el último de los cinco largos que ha rodado Odoul, cineasta, poeta, actor y artista contemporáneo que ha publicado falsos haikus, realizado instalaciones y expuesto fotografías.
Nolot cuenta con una generosa y espléndida filmografía como actor a las órdenes de François Ozon (Bajo la Arena), Claire Denis (Nénette et Boni) y, sobre todo, André Téchiné (El lugar del crimen, Les innocents, Los juncos salvajes, Los testigos), para quien también ha trabajado como guionista (En la boca no). En La Chatte à Deux Têtes hay pocos actores profesionales y el guión es flexible: el filme dura lo que una sesión de cine en una sala porno en la que se dan cita jóvenes y viejos homosexuales, chaperos, travestis y algún heterosexual que anida distintas fantasías.
El filme muestra la búsqueda y el ansia del placer furtivo con sinceridad extrema, con un naturalismo seco y brillante. Aunque se trata de relaciones fugaces y mercenarias, concentran en los instantes filmados por Nolot –quien interpreta también al distinguido cliente que observa cómo han cambiado los usos y costumbres en este tipo de salas– toda la celebración del deseo instantáneo y el placer sin compromiso. En su siguiente trabajo, Avant que j’oublie (2007), esa celebración sería sustituida por la decadencia del cuerpo humano y la omnipresencia del sida.
La película de Odoul, cuyo título hace recordar indefectiblemente al de la novela de Pauline Réage “Histoire d’O”, plantea otro tipo de necesidades sexuales y afectivas, no se desarrolla en un lugar cerrado y cuenta con un actor bien reconocible como Mathieu Amalric para encarnar al protagonista. Odoul filma también de manera explícita en materia sexual, contando con la complicidad de un actor tan entregado a las causas extremas como Amalric, los avatares de un individuo que intenta hacer realidad todas y cada una de sus fantasías sexuales. El recorrido es una especie de road movie parisina en el que los escenarios devienen los cuerpos inexplorados de las amantes.
Quim Casas