Keja Ho Kramer (1974, California) creció en un ambiente cinematográfico a caballo entre EEUU y Francia, con un mentor de lujo, su padre, Robert Kramer. La familia se mudó a París en 1981, pero a los 17 ella decidió volver a EEUU donde estudió Fotografía en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York.
Poco antes de que su padre muriese en 1999, volvió a Francia, donde cursó el Máster de Cine y Vídeo en la prestigiosa Le Fresnoy,casi por accidente: “La escuela acababa de abrir y el equipo para el curso de Fotografía aún no había llegado. Alguien me propuso hacer una película y desde entonces es una preocupación que no me ha abandonado. Me influyó el trabajo de mi padre. Era estupendo que me invitase a participar en todos sus proyectos. Todo contribuyó a mi formación”.
El trabajo intimista de Keja Ho está caracterizado por las múltiples colaboraciones que ha realizado con diferentes artistas a lo largo de su carrera. “Es un cine que nada tiene que ver con lo comercial, es un cine más personal. Me gusta colaborar con otros creadores, coreógrafos, bailarines como una manera de encontrar la conexión entre nuestras disciplinas. Compartir es importante”. Entre sus títulos más recientes, I’ll Be Your Eyes You’ll Be Mine (2006, realizado junto con Stephen Dwoskin), Mechanical Nights (2007), Molecular Black (2007, en colaboración con Myriam Gourfink) y The Beast Notes (2008).
Arte y cine
Estas perlas difíciles de encontrar por carecer de distribución regular han sido expuestas en galerías y museos, y seleccionadas por festivales de cine. Según Kramer, su trabajo ha destacado por ser vídeo, autoproducido y “porque me preocupo por el resultado final. Por eso los colaboradores son tan importantes., porque ellos también se convierten en productores y promotores”.
A la pregunta de si se siente más cineasta o artista, Keja Ho no sabe qué contestar. “Cada trabajo encuentra su sitio”. El principal elemento que separa a las dos disciplinas, en su opinión, es la instalación. “No escogí proyectar mis vídeos en galerías, fueron las galerías quienes me lo pidieron, al igual que los museos. Siempre he sentido que había algo que debía hacerse y que había una manera de hacerlo”.
Keja Ho también está realizando una importante labor de difusión del legado de su padre. “La experiencia te enseña que, cuando alguien muere, no hace falta ejercer mucha presión para promocionar su trabajo. Robert Kramer tiene una buena reputación y sus películas son buenas. La gente está más que contenta de recibir su legado”.
Este año se ha podido ver la versión restaurada de Milestone (1975) en la Quincena de los Realizadores de Cannes, con la ayuda de la cinemateca francesa y la portuguesa, entre otros. La cinta se estrenará en Francia en noviembre,a la espera de cerrar negociaciones para la distribución en el resto de Europa. También está en preparación una edición de DVD de las producciones americanas de Kramer, que se publicará en 2009.
Admite estar disfrutando de su experiencia como miembro del Jurado, cargo que también ostentó su padre hace 20 años. “Una de las cosas que me hizo aceptar, además de ser un honor, fue el interés que tengo por ver cómo la gente habla sobre el cine hoy en día. Estoy acostumbrada a hablar de cine y arte todo el tiempo con mis amigos. A veces tenemos esa sensación de que quizás estemos locos y no tengamos conexión alguna con el mundo exterior. El nivel de discusión del Jurado no me ha defraudado. Es excelente. Estoy realmente contenta de conocer individualmente a cada compañero y compartir con ellos estas experiencias”.
Además, Kramer ha estado disfrutando de otras películas del Zinemaldia, una media de cuatro al día.“He visto varias de la retrospectiva japonesa, así como de otras secciones. Creo que me ayuda a encontrar el equilibrio de Nuevos Directores”.
"Las colaboraciones con mi pacre contribuyeron s mi formación"
Ane RODRÍGUEZ