Si hay un tema recurrente en muchas de las obras firmadas por Jon Garaño y Aitor Arregi es el de las tensiones que provoca en una persona confrontarse con su propia leyenda, dando lugar a un choque entre lo real y lo mitológico: “En Handia hay un momento en el que el protagonista vuelve al pueblo, escucha cómo otros están contando su propia historia y él la oye como si estuvieran hablando de otra persona. En Cristóbal Balenciaga también retratamos a alguien que crea un personaje de sí mismo, pero frente a estos personajes, Enric Marco acomete esa creación de manera calculada, deliberada, y no solo eso sino que es él quien asume el relato de su propia vida”, comenta Garaño vinculando, de este modo, al protagonista de su última película con los de algunas de sus obras anteriores. Sin embargo, tal y como precisa el otro, Aitor Arregi, “en los otros filmes ese era un tema más subyacente, mientras que aquí es el gran tema”.
Pero, ¿cómo acercarse a un personaje tan inextricable como Enric Marco? ¿Cómo confrontarse con la leyenda de alguien sobre el que se ha escrito tanto, sobre el que se han contado. Por resumir: Enric Marco fue un supuesto superviviente de los campos de concentración nazis desenmascarado en 2005 cuando salió a la luz pública que había usurpado la identidad de una víctima real para empezar a forjar su reputación. Lo curioso del personaje, tal y como explica Arregi, es que, una vez descubierto su engaño, en lugar de esconderse “empieza a crear un nuevo Marco que, en cierto modo, atesora su propia aura: ni es el héroe que antaño él decía ser ni es el villano que pintan los medios, sino un Marco que ha mentido en algunas cosas pero que, según él, dice la verdad en otras y que se mantiene batallador hasta el final en el intento de preservar una reputación”. Y es ese carácter desafiante, donde la película incide a la hora de adentrarse en una personalidad tan compleja como la de Enric Marco: “Es alguien que suscita una mezcla de fascinación y rechazo. A partir de ahí lo que sí tuvimos claro es que no podíamos juzgarlo. Esa decisión marca el tono de la película, un tono que igual a algunos les puede parecer frío, pero es que había que poner distancia sobre un personaje que puede tener la gracia de un pícaro pero que, en el fondo, hizo cosas terribles”, comenta Arregi.
La mejor versión de uno mismo
Dicho enfoque está muy influido por la propia experiencia de ambos directores en su trato con el auténtico Enric Marco, a quien comenzaron a tratar en 2006, justo un año después de que estallase el escándalo: “Contactamos con él y nos dijo que estaba planeando ir a Alemania para pedir un certificado acreditativo de su estancia en prisión. Le propusimos documentar ese viaje y él aceptó, pero al poco nos llamó y nos dijo que no iba a ser posible. Después nos llegó la noticia de que él había firmado con otra productora y que ese viaje había dado lugar a otro documental, Ich bin Enric Marco. Un año después, cuando dicho documental se proyectó aquí apareció Marco con una butifarra bajo el brazo para disculparse con nosotros y para pedirnos retomar el proyecto que teníamos con él ya que, al parecer, no había quedado muy contento con el otro documental. A partir de ahí, él vino tres días a la productora donde grabamos unas quince horas de conversaciones con él, un material con el que nos planteamos hacer una película híbrida entre el documental y la ficción evocando ese carácter dual de quien siempre había vivido entre la verdad y el engaño. Pero eso tampoco salió adelante, aunque ahora nos hemos servido de todo ese material para rodar esta película”. Una película que nació de la siguiente reflexión: “Dado que el personaje que Enric Marco creó de sí mismo fue una ficción, entonces, ¿por qué no crear una ficción sobre él? ¿Por qué no hacer una película sobre ese empeño tan humano de proyectar la mejor versión de nosotros mismos? ¿Por qué no aprovechar, además, para reflexionar sobre la propia naturaleza del cine como un arte manipulativo y manipulador?”
El film, presentado en Venecia, clausurará este año Perlak: “Hemos estrenado todas nuestras películas aquí, en diferentes secciones. Hemos estado en Zinemira, Zabaltegi, Oficial y nos faltaba Perlak. Acostumbrados a estrenar en casa, aunque Marco ya la hayamos proyectado en Venecia, no podemos dejar de tener una sensación de doble premier”.