"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
“El mundo criminal está hecho de muchos elementos ridículos, pero también de aspectos fascinantes, porque trata de la vida y de la muerte… Y los criminales a veces ayudan a descifrar la realidad. La gente ve su vida sin la mediación de las convenciones de la sociedad. Las dinámicas son las mismas que las de las familias, las empresas… Solo que ahí se asesina. En el mundo en el que vives tú, a veces toca fingir. Pero el mundo criminal desnuda de todas las hipocresías al mundo real y muestra su sistema nervioso con crudeza”, decía Roberto Saviano, autor de “Gomorra” (la novela que le costó una condena a muerte por parte de la Camorra y un exilio forzoso que dura ya casi dos décadas) en una entrevista para “El País Semanal” en 2022.
Precisamente, ahí reside uno de los grandes logros de Gomorra, la película por la que Matteo Garrone (director de títulos como Yo capitán o Dogman) se alzó con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2008 y ganadora de otros tantos galardones como mejor película, mejor dirección y mejor guion en los Premios del Cine Europeo de aquel año: en la dureza y a la vez humanidad con los que el director retrata toda una forma de vida dominada por el poder absoluto de la famosa mafia italiana, la fina y a veces invisible línea que separa la vida y la muerte, cómo la vida no vale nada si hay dinero de por medio.
Inspirada en el libro homónimo de Saviano, que también colaboró en el guion, la película (remasterizada en una edición que incorpora textos introductorios que contextualizan cada uno de los relatos y que conecta con la naturaleza periodística del libro) se adentra, a través de cinco historias que se entrecruzan, en el verdadero meollo de esta variante de la mafia que opera en la periferia napolitana, en el auténtico sistema que controla la existencia de miles de personas y todo tipo de ámbitos económicos, desde la industria de la alta costura a la gestión de residuos tóxicos o los alquileres, y, con ello, la imposibilidad de escapar de sus garras, de ser víctimas y verdugos perfectamente intercambiables.
De entre los mayores hallazgos de la película, sobresale la capacidad de Garrone de distanciarse del imaginario en torno a la mafia idealizado por el cine de Hollywood (con la fascinación por la figura del criminal encarnada por grandes leyendas del cine negro clásico, como Humphrey Bogart, hasta las películas del Nuevo Hollywood en las que directores como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola o Brian De Palma representaron al mafioso como una suerte de estrella del rock) y filmar a la Camorra desde una perspectiva despojada de cualquier floritura e idealismo, cercana a la mirada lumpen de Pasolini. Los integrantes de las distintas divisiones de la organización criminal ya no son el seductor Tony Montana de El precio del poder (al que precisamente invocan los dos chavales que tratan de establecerse como camorristas independientes), sino pobres diablos, gente de los suburbios más marginales (muchos de ellos, jóvenes o niños seducidos por los modelos delictivos y el dinero fácil) que día a día se juegan la vida a cambio de miseria mientras otros se enriquecen a su costa y que, si con suerte consiguen sobrevivir, nunca saldrán de esa miseria y esa rueda maléfica.
Matteo Garrone plasma todo ello con un realismo y una veracidad arrolladores en una película que estremece y tal vez remueva alguna conciencia. Porque como decía Saviano, nos recuerda que a pesar del silencio, las mafias siguen ahí, e interfieren en nuestras vidas cotidianas.
Gomorra se proyecta con un nuevo corte del director remasterizado en 4K.