Procedente del festival de cine de animación de Annecy, y con estreno en salas previsto para el próximo 13 de diciembre, Rock Bottom es un film absolutamente personal sobre un músico insobornablemente igual de personal, el británico Robert Wyatt, uno de los más representativos de la escena de Canterbury de finales de los años 60 e inicios de la siguiente década. Un accidente truncó su trayectoria como batería, pero no perdió el afilado e inimitable tono de su aguileña voz. Con la directora del film, María Trénor, charlamos sobre el disco que da título a la película, las imágenes que la música ha generado y la compleja gestación del film.
Robert Wyatt es un músico de culto, alejado de los estereotipos del rock. ¿Cómo surgió este proyecto sobre una época fundamental en su trayectoria?
Yo vengo de Bellas Artes, pero mi profesión frustrada es la música. Mi punto de partida cuando hago una película es la música y el sonido, creo que es uno de los recursos más potentes para emocionar y envolver al público. He escuchado mucha música clásica y del Renacimiento. Al principio me costó entrar en “Rock Bottom”. Este disco es triste y alegre. ¿Cómo describirlo? Nunca había escuchado nada igual.
¿Qué es lo que le atrajo más de su música y de qué forma quería incorporarla a las imágenes animadas?
Como utiliza Wyatt la voz, la poética de las letras que, a la vez, tienen mucho sentido del humor. Escuchando los temas puedo imaginarme enseguida muchas imágenes.
Podríamos decir que su película es una especie de recreación del imaginario de Wyatt, ya que ha modificado varias cosas, coTrénor: “Las canciones de Robert Wyatt me sugieren una lluvia de ideas” mo el hecho de que el accidente tras el cual quedó parapléjico se produzca en Nueva York, cuando en realidad aconteció en una casa en Canterbury.
No quería hacer en absoluto una biografía literaria de Wyatt. El cambio de esta situación a Nueva York era para salir de Europa y llamar un poco más la atención internacional. Pero Nueva York entonces tenía mucha potencia. Soft Machine hicieron de teloneros de Jimi Hendrix en la gira americana. Parece que allí Wyatt empezó a beber y comenzaron las tensiones en el grupo.
¿Cuál ha sido la implicación de Wyatt en el proyecto?
Ha sido muy generoso con nosotros. Le conocí casualmente, cuando me llamó la televisión mallorquina para participar en un programa sobre artistas internacionales que habían residido en Mallorca. Para mi, fue una gran sorpresa. Tierno, encantador, cercano. Te escucha, puedes hablar de cualquier cosa. Le pregunté si le parecía bien que hiciera una película sobre él, y que fuera de animación, y me dijo que por supuesto.
¿Creo que facilitó la utilización de las canciones?
Sí, pertenecen a la discográfica Domino y él habló con ellos para que pudiéramos emplearlas.
Al escuchar estas canciones, ¿qué le sugieren visualmente?
Una especie de escritura automática y una lluvia de ideas. Es un proceso complejo darle sentido a todo ello.
Por ejemplo, el empleo de la canción “O Caroline”, procedente de un disco anterior de su banda Matching Mole, en la escena en el apartamento neoyorquino.
“O Caroline” me servía para unir etapas y otorgarle un sentido dramático a la caída desde la ventana y lo que vino después.
Imagino que ha sido un proyecto muy laborioso y difícil de levantar.
Sí, el guion es de hace doce años. La productora del film, Alba Sotorra, es alguien a quien le gusta arriesgarse. La animación para adultos no es fácil. A mi también me gusta arriesgarme, como ya hice en mi primer corto, Con qué la lavaré (2003), que estuvo en Annecy, la Berlinale y Sundance. A Alba también le gusta mucho esta escena musical de Wyatt y demás músicos. Es la generación del largo verano del amor, que después encontró su lugar en las costas españolas, en Deià, Wyatt, Daevid Allen, Kevin Ayers. Para ella ha representado su primera producción, y para mí, el primer largometraje.
Pasar de los cortos a un largo de estas características supone todo un desafío.
En mi primer corto éramos solo tres personas. En Rock Bottom he trabajado con cuatrocientas personas. Cuando trabajas con tanta gente tienes miedo de que se pueda perder algo de lo que quieres explorar y materializar en el film. Han sido dos años de producción.
Creo que las imágenes de su película captan a la vez que recrean el espíritu de la música de Wyatt en este disco fundamental, la magia de canciones como “Sea Song”.
Él había escrito varias canciones del disco antes del accidente. Hay una gran presencia del agua, de la costa mallorquina, pero no solo de ahí. Él estaba en Venecia, donde su mujer, Alfreda Benge [ilustradora de las portadas de la mayoría de los discos de Wyatt, además de escritora de varias canciones y ocasional vocalista, y a quien él dedica algunos temas de “Rock Bottom”], trabajaba como asistenta de montaje del film de Nicolas Roeg Amenaza en la sombra (1973), con Donald Sutherland. Para que hiciera algo mientras ella trabajaba, le compró un teclado de juguete, y con ese instrumento logró un sonido tan personal. El agua, tan importante en el disco, procede también de Venecia.
Quim Casas