"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Michael Fetter Nathansky (Colonia, 1993) estudió dirección de cine en la Universidad Babelsberg Konrad Wolf y es fundador de Contando Films. Alle die Du bist / Every You Every Me es su segundo largometraje. Aunque se estrenara en la sección Panorama de la Berlinale, la película dio un salto exponencial hace un año, cuando participó en el programa Work In Progress del Festival y se hizo con el premio WIP Europa y el Premio Industria. Fue en ese marco del SSIFF 2023 donde se gestó la selección en Berlín, el acuerdo de distribución en España y el agente de ventas internacional.
El paso por WIP Europa el año pasado fue clave. Durante el proceso de escritura, ¿participó también en programas de desarrollo?
Mi productora, Virginia Martin, estuvo en el Cutting Edge Talent Camp del Festival Internacional de Mannheim-Heidelberg, un laboratorio para proyectos alemanes en desarrollo. Pudimos financiar la película bastante rápido. Pero ahí supimos de la oportunidad de participar en San Sebastián.
Una cosa lleva a la otra. Y si nos situamos más atrás, ¿cuál es la semilla del guion?
La idea de crear a un personaje actuado por distintos actores la tuve hace muchos años. En realidad, ya lo han hecho otros cineastas. Pero vi que tenía una película cuando supe matizar esa misma idea: los distintos rostros del mismo personaje, Paul, responderían solamente al punto de vista de Nadine (la protagonista). Representan cómo le ama ella, qué es lo que ama; qué desea, qué le falta… en Paul.
La mirada de los otros también nos define.
Muchas películas que parecen de amor, o románticas, no tratan sobre el amor. O no tratan tanto de ‘cómo’ amamos.
O sobre cómo dejamos de amar.
En la película hay dos tiempos: el pasado y el presente. El enamoramiento y el desamor. El cine es muy bueno para expresar las dos capas porque puedes trabajar con el tiempo.
La película juega con ciertos códigos del realismo social que conviven con el toque de fantasía que trae ese personaje cambiante, Paul.
Era muy importante la mezcla de trabajo y amor; son las dos cosas por las que principalmente nos definimos. Quería poner a prueba qué pasa cuando las dos cosas están cuestionadas de manera tan grave, como pasa en el film, donde Nadine está a punto de perder su trabajo y su amor.
Usa recursos cinematográficos muy interesantes para las transiciones al pasado.
Un referente que me sirvió mucho para las transiciones y las panorámicas es el director Theo Angelopoulos. La melancolía de sus planos secuencia también me inspira mucho.
¿Cómo trabajó el personaje de Paul con cada actor que lo interpreta?
Aenne Schwarz, quien interpreta a la protagonista Nadine, fue la clave para que todos los ‘Pauls’ fueran uno. Ha hecho un trabajo increíble. Todos los actores, en el rodaje, lloraban actuando con ella, incluso los personajes que no ‘debían’. Medí mucho el recurso de las mutaciones de Paul para no se volviera una película conceptual. Es emocional.
La película termina con una secuencia en flashback.
En el guion ya figuraba así. Pero lo bonito es que la película no ‘termina’ en el pasado sino en la mente del espectador, que mezcla el pasado y el presente. En el fondo, esa secuencia final es un nuevo comienzo. Vemos el optimismo que Nadine puede sentir por el amor y deja la pregunta abierta: “¿Lo volverá a encontrar?”. Cuando veo la película ahora, a veces pienso que sí, otras que no.
Marc Barceló