"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
México alberga varios Méxicos y Astrid Rondero y Fernanda Valadez, directoras de Sujo, querían hablar del que más les preocupa; el que tiene que ver con la violencia. Al mismo tiempo, querían aportar esperanza a la historia, algo que muchos jóvenes han perdido en ciertas zonas del país.
El film es la primera que codirigen, pero siempre han trabajado mano a mano: “Fernanda y yo llevamos colaborando dieciséis años. No fue hasta Sin señas particulares cuando empezamos a tratar de encontrar una forma en la cual pudiéramos nombrar la forma tan cercana en la que trabajamos, ya que colaboramos en todo el proceso; somos productoras creativas la una de la otra. Con esta película nos decidimos a llamarlo codirección. Tuvimos la oportunidad de desligarnos un poco de la producción porque nuestro equipo ha crecido y eso nos permitió estar en el set en todo momento”, afirma Rondero.
Sujo queda huérfano tras el asesinato de su padre a manos de un cártel mexicano. Con la ayuda de su tía, el niño de cuatro años crece en un lugar marcado por la pobreza y el peligro constante que implica su identidad. De adolescente se une al cártel local pero, más tarde, intenta reconducir su vida lejos de la violencia de su pueblo.
La trama del film también se fue forjando a raíz del rodaje de Sin señas particulares, que recibió el Premio Horizontes en 2020. Ambas cuentan que estaban preparando las localizaciones y el casting en las zonas cercanas a Guanajuato y se encontraron con que muchos jóvenes hablaban de estas experiencias. “Decidimos que era un tema que nos interesaba ya que el narcotráfico ha permeado y penetrado todas las áreas de su realidad, particularmente la cultura”, añade Rondero.
Valadez apunta que “de ahí viene esa intención de que la película fuera más esperanzadora solo por el hecho de que este chico, que tiene toda esa oscuridad a su alrededor, consigue llegar a ese espacio que le parece inaccesible”.
La decisión de que Juan Jesús Varela interpretase el papel de Sujo la tomaron cuando lo conocieron durante el rodaje de Sin señas particulares: “Hace un papel secundario en la película anterior y, creo que, gracias a ese papel, cayó en la cuenta de que esta era su vocación y, a partir de entonces, ha participado en pequeñas películas. Para nosotras es un camino de mutuo acompañamiento: Para él, porque iba a ser su primer papel protagonista; y para nosotras por el hecho de dejarnos acompañar por este chico de una comunidad en adversidad que, como Sujo, está tratando de encontrar su camino en el mundo”, apunta Valadez. Ambas coinciden en que su mayor herramienta es trabajar con la comunidad.
Concluye Rondero citando lo que alguien les comentó en una ocasión: “La historia del hijo huérfano de un sicario que aspira a llegar a la universidad parece de ciencia ficción, cuando para nosotras es más de ciencia ficción que un chico de esa edad sea recluido por el narcotráfico y no quiera entrar en una universidad”.