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Recae en la Sección Oficial de San Sebastián la primera película dirigida por el alemán Edward Berger tras los muchos reconocimientos (Oscar al mejor film internacional incluido) obtenidos con su anterior Sin novedad en el frente (2022), y lo hace cambiando notablemente de registro, aunque dentro de los cánones del cine de género. Si allí se adscribía al bélico, con esta Conclave, Berger parte del ritual vaticano para la elección de un nuevo Papa y crea un thriller político de intrigas, conspiraciones y juegos de poder.
“Con esta película quería explorar algo diferente a lo que había hecho con Sin novedad en el frente. Uno explora dentro de sí mismo, y si ya has explorado algo es normal que quieras hacer algo distinto, incluso lo contrario de lo anterior”, explicó Berger. A los espacios abiertos y nevados de su película bélica, le sucede ahora la claustrofobia del encierro vaticano en Roma. Sin embargo, hay puntos en común entre ambas películas, tal y como el propio director reconocía: “Es algo que me he dado cuenta a posteriori, pero es cierto que ambas películas se focalizan sobre todo en un personaje que mantiene una lucha interna, y de esa lucha interna, que tiene como motor la duda, obtienen su energía. A partir de ahí seguimos el viaje de ese personaje. Creo que Conclave es también un viaje de liberación”.
Entrar en un mundo tan cargado de secretismo como es el del Vaticano puede resultar siempre controvertido, pero para Berger no creo que haya motivo para temer ninguna reacción negativa de la Iglesia. “Si yo fuera el Vaticano no reaccionaría de ninguna manera. Es una película. Están por encima de eso. Así que no espero reacción pública. Supongo que la verán y quizás la debatan de puertas para adentro. Pero es que, además, esta película no va de religión, sino de juegos de poder”.
Y se extiende: “No quiero ser presuntuoso y pensar que yo puedo decir cómo debe ser la sociedad a través de mis películas. Pero sí quiero transmitir algo importante con este film. Cuando las puertas se cierran, el poder termina ejerciendo una capacidad de atracción muy fuerte para todo el mundo. Todos somos muy susceptibles de caer en esos juegos de poder”.
Comunicar lo que no se dice
Para el director alemán, esta película ha sido una gran oportunidad de trabajar con un excelente reparto internacional, encabezado por Ralph Fiennes, y muy bien arropado por Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini, Sergio Castellitto o Lucian Msamati. Un reparto coral en el que la importancia del personaje protagonista es crucial, de ahí el valor que Berger concede a haber podido trabajar con Ralph Fiennes: “Ralph es un actor capaz de comunicar lo que no se dice. Nos deja entrar en su alma. En el rodaje yo lo miraba y estaba entendiendo lo que pensaba. Me pareció algo maravilloso”.
Y también quiso destacar la aportación de Isabella Rossellini: “El papel de Isabella es el único personaje femenino en la película, y es alguien que habla muy poco y que de primeras está marginada de los personajes principales, evidentemente masculinos. Pero sin decir apenas nada, es un personaje que atrae el foco hacia sí, porque es enigmática, tiene ella también cierto poder. Isabella transmite eso”.
Gonzalo García Chasco