No hay una única forma de ser actor. Tampoco es unívoco el discurso que se produce, desde varias perspectivas, acerca del mundo de la interpretación y sobre los requisitos que debería tener un buen intérprete. La animada conversación que acogió ayer la Sala Z de Tabakalera, Detrás del glamour: el actor frente a los nuevos paradigmas de contratación, po nía el foco en los desafíos a los que se enfrentan los actores en la industria de hoy y resultó en un apasionado intercambio de ideas y perspectivas muy distintas. El encuentro, moderado por Alizia Otxoa, directora de Euskal Aktoreen Batasuna, la unión de actores y actrices vascas, contó con la presencia de profesionales vinculadas a la industria de la interpretación desde distintas áreas: Sara Mora, abogada, asesora jurídica y ponente ante la Subcomisión de Cultura para la elaboración de recomendaciones del Estatuto del Artista; Eva Leira y Yolanda Serrano, renombradas directoras de casting que han trabajado con directores como Almodóvar, Amenábar, Alberto Rodríguez y Asghar Farhadi, entre muchos otros; María José Zulueta,  representante de actores y actual secretaria de la asociación nacional de agentes artísticos. 

Al abrir el debate Sara Mora abordó el tema desde su perspectiva de experta en derecho de trabajadores del espectáculo, haciendo hincapié en el Estatuto del Artista y lo que esa reforma ha posibilitado durante los últimos años. Entre muchos temas, destacó la introducción de medidas como la intermitencia por maternidad para las actrices, que sin embargo –subraya Mora– es aún poco conocida. Hay mucho trabajo aún por hacer, evoca la abogada, en cuanto, por ejemplo, al sistema de cotización, la representatividad sindical o la salud laboral. 

Eva Leira, Yolanda Serrano y María José Zulueta fueron interpeladas por Otxoa a propósito del colectivo de intérpretes y la supuesta implicación del éxito en redes sociales (o del número de seguidores) en el casting y la contratación de actores y actrices. Leira y Serrano desaprueban el “mensaje negativo” que se genera a partir de la que consideran ser una absoluta mentira. “Claro que internet y las redes sociales facilitan la búsqueda de actores”, dicen, pero reivindican el casting como un proceso creativo que se fundamenta en el guión y en la relación con los directores, subrayando que el único método para la elección son las pruebas.

Al tomar la palabra, Zulueta fue f irme: “no puedo estar de acuerdo porque la realidad me lleva a otro punto”. La representante denunció lo que considera fallos del sistema audiovisual español, afirmando que a menudo se valoran más cualidades físicas que la preparación y profesionalidad de un intérprete. También denunció la influencia de los algoritmos en las decisiones creativas y el hecho de que en algunos contratos se exigiera a los actores que pusieran al servicio de la productoras sus redes sociales.

El encuentro continuó con un animado pero fascinante debate alrededor de lo que supone hacer un casting, y sobre la misma necesidad de tener preparación previa. Al f in y al cabo, cada proyecto necesita un tipo de actor distinto y una búsqueda igualmente específica. Como evocó Leira, “hay proyectos que nos obligan a salirnos de los márgenes, como Veneno, donde era importante encontrar una mujer trans para el papel protagonista”.

La mesa redonda inauguró las actividades de Pensamiento y Debate, apartado del Festival que busca promover el diálogo y el cruce de ideas sobre la industria y la creación cinematográfica. Es importante destacar una muy bonita primera vez: la traducción simultánea de las varias intervenciones a la lengua de signos.  

Matteo Giampetruzzi