"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Carlos Muguiro, director de Elías Querejeta Zine Eskola, comenzó la presentación de “Itzalen gela” (“El cuarto de sombras”), proyecto artístico de Camilo Restrepo desdoblado en libro y en película, evocando cómo en 2017 “nos invitaron a participar, desde la Fundación Andrei Tarkovski, en la restauración de los materiales sonoros de unos cursos que impartió el director ruso en los años setenta. Son sesenta horas de grabaciones registradas por su asistente personal. Forma parte del proyecto Archivo de Cineastas de la EQZE, centrado en recopilar materiales de cineastas diversos realizados para compartir con los estudiantes”. Para Muguiro, “el acto de la transmisión, la pedagogía, también es un acto creativo”.
A partir de esta filosofía, EQZE invitó en 2020 a Camilo Restrepo, cineasta y artista plástico colombiano afincado en Francia, a impartir un taller en la escuela durante cinco días de agosto. Era un regreso a la ‘realidad’ tras el confinamiento. De aquel taller, de esta idea de la transmisión de conocimiento como acto creativo en sí mismo, surgiría después, por encargo de EQZE, una película y el presente libro de 26 capítulos de una página y diversos dibujos, “El cuarto de sombras”, escrito en francés y publicado en dos volúmenes, uno en euskera y castellano y otro en francés e inglés. El proyecto gira en torno al cuestionamiento de los contextos de los que surgen las imágenes y las representaciones del mundo.
“El cuarto de sombras es un museo imaginario en el que reúno obras hechas en diferentes épocas y distintos materiales”. Así define Restrepo este proyecto doble, o indivisible, porque la película es la puesta en escena del libro y este se implica en el film. El título alude a la cámara oscura y el libro se descompone en esos 26 capítulos cortos que analizan y descubren una obra de arte relacionada con la representación de las imágenes, la palabra escrita, el ensayo, la ficción. Porque para Restrepo, “las imágenes son vectores de esperanza contra los poderes políticos, económicos y sociales”. Restrepo se pregunta por la necesidad de mostrar o no una imagen en una época saturada de ellas y es consciente de que algunas de esas imágenes han servido para arraigar un poder político. El poder simbólico de la cámara, por ejemplo, en The Last Movie, la desquiciada película de Dennis Hopper sobre el rodaje de un film estadounidense en la selva peruana.
Varios de los capítulos están centrados en obras que representan las guerras, porque “la cámara y el fusil se han vuelto pareja ideal en los arsenales”. Restrepo se acerca a estos materiales ajenos para reapropiarse de ellos, cogiendo lo que necesita para establecer su discurso. “Pensar las imágenes, las mías, las de los otros. Ahora quiero volver a pensar en grupo, en otro taller, y encontrar ecos en una escuela. Este cuarto de sombras podría ser el principio de una metodología que luego pueden recoger otras personas”. El libro tiene un epílogo esclarecedor sobre la gestación de cada uno de los capítulos; 26 historias, representaciones o ensayos desde lo más recóndito de la gestación de una imagen, de una idea.