"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Durante la última semana, entre el público fiel, cinéfilo y entusiasta de Tabakalera, tres personas han visto las películas de la sección más arriesgada con un encargo imposible: Escoger la mejor película, la que va a recibir el Premio Zabaltegi-Tabakalera, dotado con 20.000 euros, de los cuales 6.000 son para el cineasta y los 14.000 restantes serán entregados a la distribuidora española de la película. Son Emilie Bujès, comisaria y directora artística del festival Visions du Réel (Suiza); Santiago Loza, escritor y director de cine de Córdoba (Argentina); y Hrönn Kristinsdóttir, productora islandesa y directora artística del festival de cine Stockfish.
A pesar de sus respectivos backgrounds, convergen en el gozo cinéfilo. “Lo que tenemos en común es el amor por las películas”, dice Kristinsdóttir, “¡y muy buen gusto!”, afirma con una sonrisa. El buen gusto compartido no impide copiosas discrepancias, como reconocen los tres. La presidenta de este jurado, Brujès, está más que acostumbrada a encontrar una salida para esas situaciones. Es su trabajo de directora de Visions de Réel, coordinando las diversas opiniones de su comité de selección. “Es importante que todos nos sintamos representados con el veredicto, pero, de momento, no hay una película en la que coincidamos todos”. Están, eso sí, de acuerdo con que el premio tiene que dar cuenta de lo que el Festival expresa a través de la sección. “Todas muestran caminos autorales muy diferentes. Es muy inesperado el encuentro que tengo con cada película”, nos cuenta Loza, que compitió en la misma sección hace dos años con Amigas en un camino de campo.
en un camino de campo. Debaten sobre las películas cada día, de camino al cine, mientras esperan, al salir. Pero el efecto inmediato no siempre es el más fiable. Kristinsdóttir lo cuenta así: “Algunas películas que, de entrada, no te han gustado, crecen dentro de ti a lo largo de los días”. Loza, que se reconoce más dudoso que sus compañeras, agradece la oportunidad de repensar cada film junto a ellas, “dos personas extremadamente formadas”. No deja pasar la ocasión para agradecer, también, como el Zinemaldi ha apoyado a los cineastas de Argentina por el debilitamiento político del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales: “Es muy fuerte lo que está haciendo el Festival hacia la cultura argentina en general”.
Unos días marcados también por las noticias que nos llegan desde el Líbano. “Esas imágenes sobrepasan las películas”, confiesa Emilie Bujès. Donde la disputa puede ser solo un estímulo es, afortunadamente, en Zabaltegi: “Las películas con las que menos coincidimos son al final de las que más hablamos. El hecho de abrir el debate es una gran virtud”.