"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La cineasta colombiana Yennifer Uribe Alzate presenta su ópera prima La piel en primavera, que fue seleccionada para WIP Latam en 2022 bajo el título de Sandra y se estrenó en la sección Forum del Festival de Berlín. Actualmente realiza su tesis doctoral sobre “los personajes femeninos en el cine latinoamericano dirigido por mujeres entre 2010 y 2022” en la Universidad Ramón Llull de Barcelona.
En el film, Sandra, interpretada por Alba Liliana Agudelo Posada, conoce a un conductor de autobús, con quién más tarde vivirá un romance, en su primer día de trabajo: Es la nueva guarda de seguridad en un centro comercial.
Uribe nos cuenta que “Alba fue una de las primeras mujeres que vi para el casting en persona. Después, llegó la pandemia, restricciones, etc. Cuando ya podíamos salir y tener encuentros presenciales me reuní con algunas chicas y cité a Alba. Empecé a darme cuenta, a sentir eso que se siente cuando un cineasta sabe que tiene a la persona adecuada para el personaje. Es actriz teatral, y ésta ha sido su primera vez en el cine”. La cineasta confiesa que empezó a darse cuenta de que la intérprete compartía varios aspectos del personaje, no tanto en lo que a personalidad se refiere sino a elementos de su vida: Era una madre soltera, con un hijo de la edad del personaje del guion, vivía en un lugar muy cercano al que se imaginaba para la película, su casa tenía una terraza, fumaba...
Una anécdota cotidiana fue el detonante para que la cineasta comenzara a tejer la historia de Sandra: “Un día subo a un autobús urbano y veo una situación muy cercana que es con la que empieza la película. Una mujer se sube a un bus, le pregunta por una parada al chófer y éste le ofrece sentarse en el asiento de al lado. Yo estoy ahí cerca y veo o, mejor dicho, quiero ver un deseo entre ellos. Me gustó la idea de pensar que cuando ambos volvieran a sus vidas cotidianas iban a recordar ese encuentro”.
El universo del bus fue el origen y también incluía el oficio de cada uno, “tuve claro el empleo de ella porque vi un carnet de vigilante en la mujer del autobús”. La ciudad y las calles de la comuna dieciséis de Medellín son el marco dramático del film. Después surgieron preguntas como el deseo femenino.
Las mujeres son las protagonistas de este ingenioso film, donde también hay cabida para el humor. Son mujeres complejas, que miran con desafío la idea instaurada en la sociedad de lo que supone ser mujer. Además, la protagonista es una mujer que se olvida de sí misma porque su vida está enfocada en la de otras personas, en este caso, la de su hijo. Para la cineasta era muy importante que las mujeres que salen en la película fueran una red de apoyo, un grupo que aportara confianza a la protagonista, que la influenciaran, que le mostraran otras maneras distintas de vivir: “Muchas veces la sociedad quiere que nos veamos desde la competitividad o la enemistad. Por eso quería plasmar a mujeres con vidas difíciles que asumen, con ligereza, esos duros momentos. Las largas horas de trabajo no opacan su deseo de vida, de placer. Quería construir ese universo entre ellas; una confianza, una complicidad donde se sintieran seguras y cómodas”.