"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
A la amplia serie de Conversaciones que el área de Pensamiento y Debate ha celebrado este año, se sumaron ayer los miembros del equipo de la película We Live In Time, que clausura este año el Zinemaldia. El director John Crowley, el guionista Nick Payne y el actor Andrew Garfield departieron ayer en Tabakalera frente al público distintos aspectos de su film, antes incluso de que se haya producido su estreno mundial en San Sebastián.
We Live In Time retrata la particular historia de amor a lo largo de diez años de los personajes encarnados por Andrew Garfield y Florence Pugh; un recorrido marcado por hechos traumáticos que convierten la historia de amor en algo, según su director John Crawley, especialmente emotivo: “Es una película emotiva, pero sin sentimentalismo, que es otra cosa. Las emociones aquí yo creo que son realmente sinceras”. Esta sinceridad tiene mucho que ver con el germen de una historia que llegó en un momento especial para sus creadores.
“Empecé a escribir esta película durante la pandemia, y traslada las preocupaciones que yo tenía en un tiempo tan especial: el amor, la enfermedad, la muerte…Quería captar el momento que se estaba atravesando”, explicaba el guionista Nick Payne. También para el protagonista Andrew Garfield este film llegó en un momento personal muy especial. “Cuando me llegó este proyecto, yo estaba en una época de mi vida en la que quería hacer una pausa de muchas cosas. La crisis de la mediana edad, ya sabes. Hacer repaso a mi vida, mirar hacia atrás, mirar hacia adelante, buscar significados, encontrar nuevos recursos para salir a flote cuando estás mal… Me llegó este guion y vi que todo eso estaba aquí”.
Al director le llamó la atención un guion que le pareció “empoderador y triste a la vez, con muchas risas y muchos llantos”. Por eso mismo no quiso trabajar el film de manera arquetípica. “Se recorre una amplia gama de emociones. Porque no sólo hay tristeza, hay mucho humor también. Por eso mismo, no quise tener una estructura rígida de partida, quería trabajarlo de dentro hacia afuera y ofrecer un juego abierto en el que el espectador se sintiera parte de él. Así es como se produce esa mezcla de tonos, de tiempos y de localizaciones. Y luego está la propia participación de los intérpretes, ya que, con su propia construcción del personaje, iluminaron mucho la historia”.
Payne explicó algo de las fuentes que habían surtido su escritura: “Hay elementos autobiográficos de aquel momento de mi vida, hay historias que te cuentan otros (duras, pero muy buenas para un guion), y está por supuesto la imaginación. En este sentido es bueno seguir a los personajes en el tiempo; ver a dónde te lleva. Y emerge así la gran pregunta, ¿qué es lo valioso en la vida?”. A lo que Garfield apuntalaba: “Nos pasamos la vida tratando de evitar los problemas. Quizás de lo que se trata es de encontrar los problemas adecuados en los que meterse”.