El padre de Tasio le dice a su hijo en la película que cuando se da betagarri a la carbonera ya se es mayor. A Tasio, el primer largometraje de Montxo Armendáriz, le ha pasado eso mismo: se ha hecho mayor y se ha convertido en todo un clásico de la historia del cine. Un clásico que se comprende y admira aquí pero que también se ama fuera: en Italia le ven algo de Er manno Olmi o los Taviani, en Francia escuchan ecos de Marcel Pagnol y en Japón lo emparentan con Dersu Uzala de Akira Kurosawa. Y los valores de la película no tienen una sola arruga: ecologismo forjado generación tras generación, rabia contra la injusticia, sólida fe en la amistad y una generosidad que no desfallece nunca. El navarro Armendáriz es un cineasta humanista. 

Las evoluciones tecnológicas en el ámbito cinematográfico y la obsolescencia de los antiguos métodos de digitalización han determinado la necesidad de recuperar películas para devolverlas al público en su aspecto original. La Filmoteca Vasca, en su compromiso con la preservación y difusión del patrimonio cinematográfico del País Vasco, decidió emprender el trabajo de recuperación de Tasio.

El proyecto, liderado por el departamento técnico de la propia Filmoteca y con el acuerdo de Mercury Films, pudo contar con los negativos originales conservados en la Filmoteca Española y con copias de proyección de la época como referencia para poder recobrar el color original. El material viajó al laboratorio italiano L’Immagine Ritrovata de Bolonia, donde fue revisado y preparado para su digitalización. Tras una primera fase analógica y en constante contacto con nuestras técnicas, se acometió el proceso de corrección de color y restauración de sonido, trabajos que supervisó en la ciudad italiana el propio Armendáriz.

El apoyo económico del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco ha sido clave para llevar a cabo esta restauración, que da así nueva vida a una película icónica de nuestra cultura. En su 40 aniversario, la copia de Tasio restaurada ha sido seleccionada en gran des festivales internacionales: en el mejor escaparate del mundo para el cine (Cannes Classics del Festival de Cannes); en el más veterano festival de cine clásico (Il Cinema Ritrovato de Bolonia); ahora se va a proyectar donde fue estrenada hace exactamente cuatro décadas (en el Festival de San Sebastián, inaugurando la sección Klasikoak); y, en breve, se va a poder ver en el Festival Lumière de Lyon, allí donde fue inventado el cinematógrafo, en la sala que fue fábrica de los hermanos Lumière. Hay además proyecciones previstas en numerosas ciudades vascas, Madrid, Valencia, México, Quebec, Nantes, etc. Podrá verse nuevamente en las salas comerciales de Francia gracias a la distribuidora francesa Tamasa. En definitiva, Tasio es nuestra y es universal. Montxo Armendáriz está siendo reconocido por el mundo como uno de los maestros del cine.

La necesaria conservación de nuestro patrimonio cinematográfico y los proyectos concretos de restauraciones de nuestras películas van a ser betagarri para nuestro cine del pasado, que ha de ser también el del futuro. Tasio nos muestra el camino.