Resultaba imposible que el talento de Javier Bardem no viajara internacionalmente y rompiera las fronteras artísticas con todos los papeles que había desempeñado.

Tras destacar en el cine español, fue toda una decisión que su primer gran papel en una película extranjera fuera un protagonista de habla hispana. Antes que anochezca (Julian Schnabel, 2000) no solo reivindicó la figura de Reinaldo Arenas, desconocida para el gran público, sino que puso el foco sobre el actor español que lo interpretaba, una incógnita. Julian Schnabel dirigió un retrato, tan cruel como real, que encontró en Javier Bardem el compromiso preciso con el poeta cubano. La primera nominación al Oscar y ganar la Copa Volpi al mejor actor en Venecia hicieron que Bardem continuara explorando su capacidad interpretativa, y trabajara por representar la más variopinta cantidad de personajes.

Como actor que lleva al límite el rol que interpreta, ha encarnado a villanos impunes con total naturalidad. Desde aparecer solo cinco minutos en Collateral (Michael Mann, 2004) y absorber la atmósfera de poder de la película, hasta su gran presencia en Skyfall (Sam Mendes, 2012), donde ejecuta manierismos acordes al antagonista de James Bond, o en Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (Joachim Rønning, Espen Sandberg, 2017), donde se convierte en la mayor amenaza de Jack Sparrow. 

Pero no solo ha hecho villanos. Su versatilidad le ha llevado a múltiples cambios de registro y a trabajar con las más representativas figuras del cine contemporáneo. Ha sido un traficante impulsivo en El consejero (Ridley Scott, 2013), un sacerdote atento en To the Wonder (Terrence Malick, 2010), un empresario enamoradizo en Come, reza, ama (Ryan Murphy, 2010), o incluso un personaje real en la piel de Desi Arnaz Jr. en Being the Ricardos (Aaron Sor kin, 2021). Además, su carrera internacio nal también le ha otorgado la posibilidad de transitar por todo tipo de géneros. Su Stiglar en Dune. Parte 1 y Dune. Parte 2 (Denis Villeneuve, 2021, 2024) define el tono mesiánico de la saga. El personaje sin nombre que interpreta en Madre! (Darren Aronofsky, 2017), provoca, inquieta y sorprende al espectador, dentro de una anarquía visual apabullan te. En cambio, los papeles de Lilo, mi amigo el cocodrilo (Josh Gordon, Will Speck, 2022) y La sirenita (Rob Marshall, 2023) son ejemplos de un actor que quiere divertirse y divertir al espectador. 

De todos los personajes interpretados por Javier Bardem, hay uno que define su carrera: Anton Chigurh, un antagonista sin moral, sin compasión e inhumano. Casi extraterrestre. No es país para viejos (Joen Coen, Ethan Coen, 2007) trasladó a imágenes la novela homónima de Cormac McCarthy. No lo interpreta, lo asume; y el público cree ver la en carnación de la verdadera maldad. El éxito y trascendencia de su actua ción fue la sublimación del trabajo anterior, y punto definitorio para su carrera posterior. El hito que todo intérprete anhela. 

El reconocimiento a ese trabajo y los premios recibidos fueron in numerables, y demostró que ante todo es un actor interpretando un papel. Al recoger el Oscar a mejor actor secundario, habló Javier Bardem, la persona: “I have to say this in Spanish, I’m sorry: Mamá, esto es para ti, esto es para tus abuelos, para tus padres, Rafael y Matilde; esto es por los cómicos de España, que han traído como tú, la dignidad y el orgullo a nuestro oficio. Esto es para España y esto es para todos vosotros. Thank you very much.”

Jonathan Sedeño