"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
l director indio Tanmay Chowdhary está a punto de estrenar su primer largometraje mientras trabaja ya en la escritura de otro más. En Zabaltegi-Tabakalera recala con su último corto, Leela, una historia ambientada en un pueblo de algún lugar indeterminado de la India que pone la mirada sobre dos personajes femeninos y cómo reciben la noticia de la desaparición de su amiga Leela.
El personaje del título es una ausencia…
Eso es. Al principio tenía intención de mostrar el rostro de Leela, pero finalmente no lo hice porque esa ausencia tenía más significado. Nunca sabes qué le sucedió a esa persona, si la asesinaron o si consiguió irse a la ciudad buscando su libertad. Solo entiendes cómo era esa persona a través de los dos personajes femeninos, y tú también estás preguntándote qué le pasó. Yo mismo no tengo pensado qué le sucedió; es algo abierto. Pero lo verdaderamente importante es cómo incide su ausencia en las dos amigas, ya que les provoca el plantearse qué quieren hacer con su vida. Estas dos chicas querían ser como Leela, y para ellas, Leela es el símbolo de todo lo que es posible.
El film está basado en el cuento de un autor indio. ¿Qué le interesó de ese cuento?
Es una historia corta, de solo cuatro páginas. Una amiga mía tenía escrito un guion, pero lo tenía aparcado. Finalmente decidí rodarlo yo, pero necesitaba hacer algunos cambios. En el relato original ya está ese personaje femenino que desaparece y dos chicas que hablan continuamente acerca de ella. Mi amiga estaba muy interesada en hacer un acercamiento feminista, pero a mí me parecía más honesto un enfoque mío más personal. Yo quería, además de trabajar la parte más visual de crear determinadas atmósferas, mostrar qué se siente cuando uno se encuentra atascado en la vida. Por eso creo que la película es claustrofóbica a pesar de haberse rodado en espacios abiertos. También me parece un ejercicio muy interesante trasladar un lenguaje basado exclusivamente en la palabra, como es el de la literatura, a uno basado en imágenes y silencios.
De hecho, los diálogos tampoco dan mucha información, ni de Leela ni de lo que sucede. Es todo muy atmosférico.
Yo procedo de la fotografía. Para mí, lo más importante es trasladar cómo se siente alguien sin necesidad de utilizar las palabras. Cuando hacía la película, el espacio y la atmósfera eran más importantes que lo que decían los personajes.
Aunque cambiaras el enfoque, se sigue percibiendo una denuncia del patriarcado.
Sí, esa parte sigue siendo muy importante. En el mundo, y en India de manera muy acentuada, todo gira en torno al hombre. De hecho, cuando las chicas de esta historia se plantean liberarse como les gustaría que Leela hubiera hecho, no es difícil deducir que detrás está el patriarcado dominante.
Tampoco sabemos dónde sucede.
Decidí intencionalmente no delimitar qué lugar es. Es una historia sobre toda India.
Gonzalo García Chasco