"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El cineasta argentino Federico Luis participa en esta edición del Zinemaldia por partida doble: con el cortometraje Cómo ser Pehuén Pedre en Zabaltegi y con su primer largometraje, Simón de la montaña, en Horizontes Latinos, que obtuvo el Grand Prix en la Semana de la Crítica del pasado Festival de Cannes y fue seleccionado para proyecto Ibermedia-Coproducción.
Es una película de la que no se debe desvelar demasiado, ya que el propio espectador irá encontrando las respuestas a las preguntas que van surgiendo durante el film. A groso modo, cuestiona la capacidad humana a partir de relaciones personales. Simón es un joven de 21 años, con una relación familiar complicada, que hará todo lo posible por no perder la amistad y confianza de sus amigos a cualquier precio: “Este personaje era la forma que encontré de crear esta puerta de entrada a este mundo de personajes de diversas condiciones mentales o físicas”, apunta Federico Luis.
El director afirma que “lo más interesante de todo es que ambas películas, la corta y la larga, dialogan mucho entre sí. El corto lo hicimos para descubrir un poco más lo que íbamos a hacer en el largo y, habiéndola hecho, se modificó mucho el plan de la larga; se fue emancipando y se convirtió en una película autónoma”.
En su presentación en Donostia le acompaña gran parte del equipo, entre los que se encuentran los protagonistas del film: Lorenzo Ferro y Pehuén Pedre. Ferro ya demostró sus dotes interpretativas en El Ángel de Luis Ortega y lo vuelve a hacer en Simón de la montaña, metiéndose en la piel de Simón: “Esta experiencia la he vivido como una primera vez. El personaje que tenía que hacer requería de muchas cosas que desconocía. Tuve que conocer mucho a Pehuén y, además tenía un complejo extra porque no quería que él se sintiera mal cuando yo hacía de él”. Confiesa que les costó un poco conseguir sentirse a gusto sin que pareciera que estaba representando una caricatura de Pedre: “Fue de lo más mágico que consiguió el proceso y lo que después nos permitió relacionarnos en otra profundidad”.
El estreno de la película coincidió con el cumpleaños de Pedre y el público del K2 no dudó en cantarle “Zorionak zuri”. Emocionado aún por la presentación de Simón de la montaña y por celebrar su día en un lugar singular como Donostia, afirma que “la ciudad ha recibido muy bien la película. Fue un momento único y se sintió una briva bastante positiva”, y añade que “me llevo una gran experiencia. Fue emocionante rodar estar película. Tuvimos discusiones como cualquier familia, pero espero que sigan los éxitos para Simón de la montaña y para el cine argentino”.
El cine acostumbra a tratar a personajes como los que aparecen en la película desde un punto de vista más amable, más humorístico y “quizás la comedia es una especie de coraza para poder mirar. Un aporte que esta película podía hacer a la historia del cine sobre estos temas era cortar con esos mecanismos de defensa de la ficción”, apunta el director. Para Ferro, en esta película “se encargaron no sólo de buscar una manera de mostrarlo de una manera particular, sino de cambiar el término y llamarlo hipersensibilidad; ahora yo me siento más hipersensible con este tema”.
María Aranda Olivares