"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Es uno de los cineastas más reputados del cine europeo. En 2014 ganó el premio FIPRESCI en el Zinemaldia por Phoenix, segundo film de su trilogía sobre el amor. Este año hace doblete en San Sebastián: miembro del Jurado de Sección Oficial presenta en Perlak su último film, Roter Himmel.
Roter Himmel es el segundo film de su trilogía sobre los elementos. ¿Por qué tiene esa costumbre de agrupar sus películas en trilogías?
Hay dos razones. Por un lado, creo que hay demasiada propensión a realizar obras singulares cuando lo cierto es que las películas terminan por dialogar entre sí. ¿Cuándo hablamos de “neorrealismo” no estamos vinculando acaso filmes con un aire de familia? A mí me gusta serializar lo que hago y vincular mis películas. El otro motivo es que, como soy tan vago, si hago una película y quedo moderadamente satisfecho, mi instinto natural sería tirarme a la bartola. Si asumo que he de continuar con la trilogía que tengo entre manos es la excusa perfecta para ponerme a trabajar de nuevo (risas).
En Ondina, su anterior film, hablaba del agua, aquí del fuego como elemento de destrucción, pero también de purificación, ¿no?
Por un lado, está el fuego que asola nuestros bosques que es un elemento devastador. Por otro, la película también habla del fuego que anida en el interior del protagonista incapaz de controlar su pasión. En ambos casos el fuego arrasa.
¿Cómo continuará esta trilogía?
Iba a hacer una película sobre el aire. Encontré una novela muy inspiradora para desarrollar el guion, pero, lamentablemente, no pude conseguir los derechos y me he puesto a hacer otra película sobre la familia. Igual me da para inaugurar una nueva trilogía (risas).
En esta película vuelve a explotar esas tensiones entre lo aparente y lo real que ya estaba presente en sus filmes anteriores.
Sí y yo creo que se debe a la necesidad de representar a las mujeres en función de lo que son y no de cómo son percibidas por los hombres. En mis filmes las mujeres son sujetos, nunca objetos, no necesitan de una mirada masculina para existir. El personaje de Paula Beer según la percibe el protagonista de nuestra película, es una simple vendedora de helados y luego resulta ser doctora en literatura.
Bueno, es que Leon, el joven escritor protagonista de su la película, es alguien que parece insensible a todo lo que no sea su propia obra.
Es el famoso carácter autorreferencial de los creadores, un carácter que nace de la autoinculpación. Nos culpamos de todo, de tener sueño y, simultáneamente, de no dormir. Eso nos lleva a un ombliguismo creciente. Tengo que confesar que yo mismo me he instalado alguna vez en esa burbuja.
Jaime Iglesias Gamboa