"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Este año, por primera vez, las obras audiovisuales presentadas en la sección Culinary Zinema serán valoradas por un jurado oficial que otorgará un premio de 10.000 euros a la mejor de ellas. Los periodistas gastronómicos Rafael Tonón e Irma Aguilar y el cineasta Jose Mari Goenaga se muestran encantados de ser los primeros en llevar a cabo esta tarea y valoran positivamente que ahora la sección otorgue un premio.
Tonón piensa que “este galardón pone a Culinary Zinema al mismo nivel que otras secciones y ayudará a incentivar y promocionar el cine culinario”. En un tono más distendido, Goenaga reconoce que “es un chollo” ser jurado de esta sección, porque además de poder de ver las películas te invitan a las cenas temáticas que se realizan tras las proyecciones. “Creo que a partir de ahora todo el mundo va a querer ser jurado de esta sección y no de otras”, bromea el cineasta.
Para los tres miembros del jurado, que una ciudad como Donostia, su Festival, tenga una sección dedicada al ámbito gastronómico “tiene todo el sentido del mundo”. A su vez, Goenaga opina que “todo festival tiene que tener sus capas o pequeños rincones donde personas diversas encuentren su lugar y Culinary Zinema es uno de ellos”.
Tonón: “Este galardón pone a Culinary Zinema al mismo nivel que otras secciones”
Por otro lado, Irma Aguilar considera que en “un tiempo de crisis gastronómica donde cada vez se cocina menos y la gente en sus casas consume más ultracongelados y ultraprocesados, es importante la exhibición de películas culinarias que hagan pensar al espectador”. Para la periodista gastronómica, “es importante discutir y reflexionar sobre el papel de la comida en nuestra vida” y cree que no se hace lo suficiente. Los tres sienten que la experiencia de ser jurado ha sido enriquecedora, sobre todo porque han podido disfrutar de las películas desde puntos de vista que desconocían.
Tonón y Aguilar han aportado a Goenega una visión más gastronómica y viceversa, Goenaga ha ofrecido a los dos periodistas una mirada más cinematográfica.
Al no ser experto en este tipo de cine, Goenaga reconoce que “tenía cierto miedo en ver como novedoso algo que no lo fuese”. Y es que el cineasta apenas conocía Culinary Zinema, pero ha descubierto una sección muy “variada y diversa con propuestas interesantes que se me van a quedar en la cabeza y, quién sabe, igual me inspiran en los próximos proyectos”.
Tonón también destaca el excelente nivel de esta edición en la que se han podido ver “obras muy diversas en cuanto a narrativas, formatos y tipos de cocina”. A la hora de ver los largometrajes, el periodista afirma haber intentado dejar de lado la parte más profesional y centrarse más en lo artístico. “Personalmente, me ha parecido un ejercicio interesante ver las películas fijándome en los tiempos de cine, silencios de cine…”
En opinión de los tres, las cenas inspiradas en las películas que después de las proyecciones se celebran en el Basque Culinary Center aportan muchísimo a la sección. “Creo que son una oportunidad única para llevar la ficción a la realidad. En ninguna otra sección tienes la posibilidad de interactuar de esa manera con los mismos protagonistas que has visto en la pantalla”, concluye Aguilar.
Iker Bergara