"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Ayer arribamos a nuestros cuatro últimos destinos en este viaje cinematográfico que nos llevó, durante cinco días, a través de una gama de experiencias en India, México, Lituania, Estados Unidos, Bélgica, Suiza, Alemania, Colombia, España y más. La aventura llegó a su fin y nos transportamos a Japón, México y Polonia, adentrándonos en historias que nos desafiaron a pensar.
Nuestra primera parada: Japón. En este rincón del mundo, la directora Mori Miharu nos presentó Toshiko, una obra cinematográfica que nos sumergió en el mundo de Mitsuru, Go y Azuma, tres jóvenes que disfrutaban jugando con un coche teledirigido en un tranquilo parque. Sin embargo, la serenidad se quebró cuando unos trabajadores de la construcción comenzaron a perseguirlos, obligándolos a huir por la ciudad. Los tres chicos se separaron y nosotros los acompañamos llegando a los lugares más extraños.
Segunda parada: México. Natalia García Clark, con Las estatuas, nos adentra en una reflexión sobre el espacio público y los símbolos culturales. Esta obra nos llevó al Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, donde las estatuas cobran vida a través de las discusiones en las redes sociales. El clima alterna entre ciclos de caos y orden, expresión y censura, memoria y olvido. En esta nueva era decolonial y feminista, la película nos mostró cómo las realidades emergen a partir de los cambios que modifican el espacio público y sus símbolos.
Tercera parada: Polonia. En una tierra junto al bosque se desarrolló una historia sobre la vida y la muerte en la región de Podlasie. La directora Izabela Zubrycka, con Garstka ziemi, nos presentó a Halina, una de las últimas cantantes de funerales, y a su hijo Andrzej, sepulturero. Juntos, habían acompañado a miles de personas al otro lado, con él cavando y ella cantando. A lo largo de sus vidas, la película nos mostró cómo la normalidad se encontró con lo sobrenatural y la realidad se entrelaza con los sueños. El lamento fúnebre rompió el silencio para reflexionar sobre la trascendencia de la vida y la muerte.
Destino: México. Finalmente, regresamos a este inmenso país donde la directora y además presidenta del jurado de Nest, Lila Avilés, nos presentó Tótem, su segunda película después de La camarista. En esta película, seguimos a Sol, una niña de siete años que se encontraba en la casa de su abuelo ayudando a preparar una sorpresa para su padre. A medida que avanzó el día, una extraña y caótica atmósfera se apoderó gradualmente de la situación, fracturando los cimientos que mantenían unida a su familia. Sol pronto comprendió que su mundo estaba a punto de experimentar un cambio enorme, uno que abriría el camino hacia el misterio de celebrar la vida.
En este viaje, el cine, con su enigmática proyección de realidades paralelas, aparece como el portal secreto a otros mundos y dimensiones. Cada fotograma, una puerta entreabierta hacia el insondable abismo de las narrativas humanas. Allí, los viajes transcurren sin límites geográficos ni temporales, llevándonos a lugares que la realidad jamás revelaría.
Mientras tanto, hoy trece estudiantes de diferentes escuelas alrededor del mundo se preparan para deliberar sobre a quién otorgarán el Premio Nest The Mediapro Studio.
Lucia Malandro