El cineasta mexicano Michel Franco y la actriz estadounidense Jessica Chastain son dos presencias muy queridas en Donostia. Por separado ya habían estado varias veces en el Zinemaldia. El director ha presentado varias de sus películas en Horizontes Latinos y ha ejercido como jurado. La última visita de Jessica Chastain data de hace dos años cuando obtuvo la Concha de Plata a la mejor interpretación principal por Los ojos de Tammy Faye, una película que, a la postre, le valdría también el Oscar a la mejor actriz. Visto así es normal que guarden buenos recuerdos del Festival: “Me encanta esta ciudad – confiesa Jessica Chastain. Por suerte esta vez he podido venir más días y aprovechar para visitar museos como el Guggenheim o el Balenciaga. Y del Festival, ¿qué decir? El otro día estaba asombrada de la cantidad de gente que había esperándome. En ningún otro festival tienes esa sensación de calidez”.
En esta ocasión Jessica Chastain y Michel Franco han venido para presentar en Perlak Memory, el primero de los dos filmes que han rodado de manera consecutiva y que tuvo su puesta de largo en Venecia, donde su protagonista masculino, Peter Sarsgaard, ganó como mejor actor. Para su director “se trata de una película sobre gente rota, sobre personas que no encajan en la sociedad. A mi este tipo de perfiles me interesan mucho más que aquellos que fingen ser perfectos. La mayor dificultad a la hora de hacer un retrato de este tipo de personas y de los ambientes en los que se mueven es conseguir llegar a la verdad que hay en ellos. En este sentido, me sentí muy tranquilo viendo el trabajo de Jessica desde el primer día, su manera de interactuar con el resto de actores, especialmente con quienes formaban parte del grupo de Alcohólicos Anónimos que no eran intérpretes profesionales sino miembros reales de esta asociación”. La actriz devuelve el elogio a su director admitiendo que “la forma de trabajar de Michel me hizo recordar mi experiencia con Terrence Malick. Cuando te ponen a interactuar con actores no profesionales, es muy importante que tú te diluyas en esa realidad, no tiene sentido que estés allí ejerciendo de actriz. Al final no se trata de interpretar sino de vivir y eso acaba convirtiéndose en algo precioso”.
En Memory, Chastain interpreta a una ex alcohólica que arrastra un turbio pasado y que comenzará una relación con un hombre con demencia al que le cuesta gestionar sus recuerdos a corto plazo. El hecho de formar parte de un film independiente que toca temas escabrosos, lejos de suponer un problema para alguien como Chastain, con estatus de estrella, es, según ella, un estímulo: “Arriesgar, en mi caso, tiene mucho que ver con el director. A mí me estimula mucho trabajar con cineastas de otras latitudes y con Michel llevaba tiempo queriendo colaborar. Memory es la primera película que rodé tras ganar el Oscar por Los ojos de Tammy Faye y no podía haberme embarcado en un proyecto mejor. En producciones más grandes te pagan mejor pero no te sientes tan importante ni tan creativa. Trabajar con Michel es como hacer teatro, sus personajes requieren cada parte de ti”. En este sentido, a Chastain le gusta definirse como actriz antes que como estrella y, sobre todo, anteponer sus valores personales a aquellas servidumbres que le puede llegar a imponer su profesión. Buena prueba de ello es su franqueza al hablar de la huelga de actores que vive Hollywood: “A mí nunca me ha preocupado posicionarme, entiendo que haya otros actores y actrices reticentes a hablar de estos temas pensando que eso les va a acarrear fama de ser personas difíciles y, consecuentemente, van a tener menos ofertas. Pero yo creo que tenemos una responsabilidad y no siento que hablar de este tema vaya a limitarme profesionalmente”.
A la actriz le resulta muy difícil disociar lo laboral y lo personal pues cree que ambos frentes terminan por nutrir su personalidad: “Por lo general, tiendo a asumir como propias las experiencias que viven mis personajes, con todos ellos acabo por tejer hilos invisibles que me van acompañando el resto de mi vida”.
Jaime Iglesias Gamboa