"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Incluso en el contexto de la sección Zabaltegi – Tabakalera, que se reconoce como la más abierta, diversa y radical del Zinemaldia, resulta difícil quedarse indiferente ante la premisa argumental con que se presenta el mediometraje Mamántula del guipuzcoano Ion de Sosa. Mamántula es una tarántula gigante engendrada en un mundo lejano, aunque en el nuestro se nos muestra travestida de humano. Usando la apariencia de un hombre con insaciable lujuria de sangre y semen, mantiene relaciones sexuales con otros hombres en zonas de crusising, cuartos oscuros y saunas, a quienes asesina mediante felaciones absorbiéndoles la vida. Poco a poco, Mamántula está tejiendo su tela de araña para volver a la dimensión a la que pertenece.
Su director reconoce el elemento de atrevimiento y delirio que existe en su película, pero no siente que sea provocativa. “Para mí era una película improbable que nos ha terminado llevando a lugares insospechados, pero creo que el sexo se muestra de manera muy armonizada. Hemos querido naturalizar el sexo y la desnudez masculina sin que eso sea motivo de escándalo. A la gente le puede asombrar la mezcla de elementos que he utilizado, pero yo no quiero escandalizar, yo quiero que la película guste”.
Efectivamente, la hibridación de referencias y elementos de lo más dispar es el rasgo más distintivo de este mediometraje cuya estructura, en realidad, tal y como explica el propio Sosa, no está lejos de un capítulo de Expendiente X. “Mamántula es un pastiche de muchas cosas que me gustan. La película actúa a varios niveles: primero como homenaje o identificación de elementos cinéfilos de género (ciencia ficción, terror, thriller, cine negro…) a partir de un argumento que en realidad se ha visto muchas veces, y es que hay alguien o algo que asesina y eso desencadena una investigación policial. Me gusta que haya una comprensión de ese nivel básico argumental y que cualquiera pueda disfrutarlo. Luego añado otras capas que pueden sorprender y con ese componente de delirio que decía antes, pero en realidad hay una línea de trabajo que podemos decir es muy artística, ya que recurro a las pinturas de Francis Bacon o a fotografías de Nan Goldin como referentes y conseguir así crear una plasticidad muy específica”.
¿Y qué representa esa Mamántula como personaje? Para Sosa tiene mucho que ver con la caducidad humana y nuestra búsqueda de la vida eterna, aunque ese proceso termine haciéndose a costa de nuestra propia humanidad. Y también con la rebeldía. “Nuestra araña es un explorador rebelde”, afirma, “una especie de E.T., un pionero buscando otros mundos, aunque en su caso para dominarlo”. Esa exploración rebelde puede describir bien la propia manera con que afronta su concepto de cine.
“Hay un denominador común en las películas que me gustan y es el amor de los autores por el propio cine. A mí me gustaría seguir en esa línea de hacer películas que transmiten ese amor cinéfilo. Y como cinéfilo, me guío mucho por las emociones que nos transmiten secuencias muy determinadas, las evocaciones que nos ofrecen las imágenes cinematográficas, y las conexiones que tendemos a hacer entre unas imágenes y otras. Esas emociones las busco en los más variados referentes: el cine en sus más variados géneros o formatos, la televisión, la fotografía, la pintura, los videoclips, la animación… Cojo esa sensación, la abrazo, la trasformo, y se vuelve algo muy bastardo que ha pasado por un peloteo de ideas previas hasta darle la forma que me vale”, concluye.
Gonzalo García Chasco