"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
La historia de Alemania nace de la necesidad de reconstruir parte de la historia de María Zanetti, guionista y directora de esta ópera prima.
Lola, una adolescente de dieciseis años, quiere pasar un semestre en Alemania gracias a un acuerdo con su colegio. Su familia, absorbida por el trastorno mental de su hermana mayor, no está a favor del viaje. El vínculo con su familia se desgasta día tras día y Lola persistirá con su idea de marcharse y buscar nuevas experiencias que la alejen de esa realidad. La historia de esa niña es la de Zanetti que, cuando también tenía dieciséis años, vio cómo su hermano empezaba a comportarse de manera extraña, con cambios de ánimo que bailaban entre la depresión, la ira, los celos… Para ella, el film es “como un sueño en el que eres tú, pero con otra cara. Esta película es un reflejo de cómo era mi casa, pero, a la vez, no lo es porque la hemos construido entre todo el equipo”. Añade, que, a pesar de ello, “tiene mucho de mí, de mi familia y del lugar en el que nací; de mi historia, de las circunstancias que atravesé, y al mismo tiempo está atravesado por la ficción, las experiencias, vivencias y subjetividades de todas las personas involucradas en la peli y eso es lo bonito del cine; una escribe un guion, pero la película se construye entre todo un equipo”.
Guionizar una historia tan íntima fue una decisión que tomó cuando estaba pasando el duelo por la muerte de su hermano. Para tomar distancia y escribir con libertad, decidió que la historia de su hermano se contara desde una mirada femenina, interpretada por Maite Aguilar. La cineasta confiesa que “todo era muy reciente y muy vivo. Cuando tomé esa decisión, que fue bastante orgánica, el guion me salió de dentro”. Mostrar el guion a su familia fue un momento determinante, “primero se lo mostré a mi marido y a una amiga directora. Después, se lo envié a mis padres. Me llamaron a las tres horas, llorando, estábamos atravesando un momento muy particular como familia. Me dijeron que nuestra historia estaba ahí, todo lo que vivimos como familia estaba representado. Generosamente, se abrieron, y entendieron mi necesidad de hacer la película”, y añade que “en el cine lo que importa es la memoria emocional, más que los hechos en sí”.
El papel de Lola llega a las manos de Aguilar por casualidad: “El casting me apareció en un flyer de Instagram. Envié un e-mail con mis fotos y me convocaron. Ese día apareció María, nos conocimos y hubo mucha conexión entre nosotras”, “con secretos confesados desde el primer día”, añade Zanetti.
La cineasta no se toma la película con un fin terapéutico para ella, sino como una manera de entender lo que pasó, aquella situación, y empezar a hacerse otras preguntas que no se habían puesto sobre la mesa. Lo que pretendía era “compartir un punto de vista singular sobre una temática que me parece relevante. Considero importante que haya historias que hablen sobre salud mental. Me interesaba contarla desde una chica común, en una familia en la que, a pesar de haber amor, éste no es suficiente para sostener la situación”.
La directora argentina ha dirigido los cortometrajes Ping pong master (2011), Chivilcoy (2013), Me da lo mismo (2017) y Furia (2020) y la serie documental Gastro (2019). En 2021 participó con Alemania en el Foro de Coproducción del Festival de San Sebastián, en el que obtuvo el Artekino International Prize. También fue seleccionado para Proyectos Ibermedia. Ese mismo año, su segundo proyecto de largometraje Quema, fue seleccionado en el concurso del INCAA Raymundo Gleyzer.
María Aranda Olivares