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Ayer se estrenó en la Sección Oficial La práctica, comedia del cineasta Martín Rejtman entre cuyos trabajos destacan Entrenamiento elemental para actores y Dos disparos. El realizador argentino presentó su nuevo largometraje en el Kursaal acompañado de dos de los intérpretes, Esteban Bigliardi y Camila Hirane, y un puñado de productores, Fernando Bascuñán, Florencia Larrea, Giancarlo Nasi, Jerónimo Quevedo, Joaquim Sapinho y Christoph Friedel.
En cierta manera, la presencia de tantos profesionales del ámbito de la producción en la presentación, resultó ser una muestra de lo difícil que fue para la película conseguir la financiación, tal y como reconocieron sus propios protagonistas. Christoph Friedel, habitual colaborador de Rejtman y primer productor involucrado en el proyecto aseguró que costó conseguir el dinero “porque hay personas que no entendían el tipo humor del film e, incluso, no llegaban a creerse que fuera una comedia”.
El motivo de ello es el particular sello de Rejtman que se caracteriza por escenas donde los personajes hablan en un tono neutro e, incluso, aséptico. Esteban Bigliardi explicó que “para los actores siempre es un bonito desafío trabajar con Martín porque hay que buscar una frecuencia de actuación muy concreta hasta dar con la melodía justa”. Para Camila Hirane también fue gratificante trabajar ese “estilo de actuación Rejtmaniana”.
Por su parte, Rejtman confesó que en sus proyectos a veces trata de escaparse de la comedia pero que nunca lo consigue, “siempre termino en ese género”. Así, definió el film como “su comedia más comedia”.
También explicó que, a sabiendas de que el proceso es más largo, no empieza la escritura sobre una trama ya estructurada, sino que ésta va formándose durante el proceso. En esta ocasión, “me costó tres años encajar todas las piezas”.
La práctica narra las aventuras y desventuras de un profesor de yoga con sus alumnos y exalumnos y, aunque hace mucho humor alrededor del yoga, en ningún caso ridiculiza esta práctica. No en vano, el propio realizador es aficionado de esta disciplina desde el año 96. El protagonista Bigliardi no lo era y tuvo que introducirse hasta dar con algunas de las posturas avanzadas que se ven en el metraje. “Por suerte tuve tiempo para conseguirlo y la verdad es que lo disfruté”, dijo.
Tal y como corroboran sus propios productores, Rejtman tiene un estilo de trabajar muy particular en el que no se salta ni una coma del guion. El director reconoce que “tener la cabeza tan dura hace que rodar un film resulte agotador”. Por eso, siempre que termina un largometraje dice “algo convencido” que será el último. Sin embargo, anteayer le entraron ganas de volver a filmar. “Precisamente después de darme un baño en el mar y darme cuenta de que el final del proceso sí que merece la pena”.
Rejtman podrá volver a filmar dependiendo de cuál sea el futuro político de Argentina. O por lo menos eso es lo que aseguraron los productores presentes en la sala. “Si Javier Milei llega al poder, el panorama será tan catastrófico que hasta puede que el año que viene no haya ninguna película argentina en el Festival”, afirmó el productor Jerónimo Quevedo.
Sobre esta cuestión, Giancarlo Nasi agregó que históricamente el cine argentino ha apoyado a películas de Iberoamérica y a películas españolas y que, por ello, “esto no es solo una lucha de Argentina sino de todo Iberoamérica”.
Iker Bergara